Thursday, January 17, 2008

El discurso de Chávez · Asamblea Nacional · 11 de enero de 2008

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ASAMBLEA NACIONAL
División de Servicio y Atención Legislativa
Sección de Edición

SESIÓN ESPECIAL DEL DÍA VIERNES 11 DE ENERO DE 2008

LA PRESIDENTA.– Bienvenidos todos y todas a esta Asamblea Nacional. Vamos a dar inicio a la Sesión Especial convocada para el día de hoy.

Se designa una comisión integrada por los diputados y diputadas Braulio Álvarez, Laura Valls, Diluvina Cabello, Aurora Morales, Carlos Gamarra, Gonzalo Gualdrón, Rafic Souki, Alfredo Murga, María de Queipo, Geovanni Peña, Edgildo Palau, Rafael Ríos y Mario Isea, para que acompañen al ciudadano Hugo Chávez, Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, a este Hemiciclo.

Bienvenido a esta Asamblea Nacional, a este Hemiciclo de Sesiones, el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez. Le damos nuestra más cordial bienvenida.

Igualmente saludamos y le damos la bienvenida a las altas autoridades civiles, militares y eclesiásticas de la República, a los representantes de los Poderes Públicos, a las representantes del Poder Judicial, del Poder Electoral, del Poder Ciudadano, la ciudadana Defensora del Pueblo, la ciudadana Fiscal General de la República, el ciudadano Vicepresidente Ejecutivo de la República, a los Ministros y Ministras y Viceministros y Viceministras; también le damos la bienvenida al honorable Cuerpo Diplomático acreditado ante el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, representantes de gobiernos y de pueblos del mundo.

Así mismo, le damos la bienvenida al Alto Mando Militar, a los Diputados del Parlamento Latinoamericano, del Parlamento Andino, a gobernadores y alcaldes del país, a todos los invitados especiales, y a esa representación del pueblo que se encuentra en las puertas de esta Asamblea Nacional desde tempranas horas esperando por el Mensaje del Presidente Hugo Chávez.

Sírvase informar el objeto de esta Sesión Especial, ciudadano Secretario.

“Único: Mensaje Anual del Comandante Hugo Chávez, Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela ante la Asamblea Nacional, de conformidad con lo establecido en el artículo 237 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela”.

Cumpliendo con la Constitución, hoy hemos convocado esta sesión para que el Presidente de la República, Hugo Chávez, dé su Mensaje Anual.

Nosotros, antes de que el Presidente tome el derecho de palabra, en nombre de la Asamblea Nacional queremos felicitar al Presidente Hugo Chávez por toda la gestión que emprendió para lograr la liberación de dos mujeres que ayer volvieron a la vida, de Clara y de Consuelo. Y también de Emmanuel, porque gracias a esta Misión estará con su madre y con su familia.

Nosotros queremos agradecerle al Presidente el hecho de que en el mundo entero se conozcan los verdaderos valores que nos albergan a todos los venezolanos y a todas las venezolanas, que nos conozcan por esos valores de solidaridad, de hermandad, de amor, de paz, que por esa vía en el mundo entero están hablando de Venezuela, y para nosotros es un orgullo que podamos sentirnos expresados en toda esa gestión, porque así es el pueblo de Venezuela y el pueblo de Latinoamérica, y en el mundo están todos esos sentimientos sumados para este logro, del día de ayer, que abre una puerta que estamos esperando.

Seguiremos rezando, aspirando y esperando que por esa puerta por donde llegaron estas dos mujeres: Clara y Consuelo, lleguen otros muchos más, y que más allá de la libertad llegue la vida y llegue la paz, que esa sea la puerta de la paz y que el Presidente Chávez, conjuntamente con la senadora Piedad Córdoba, a quien también le damos nuestra felicitación desde esta Asamblea Nacional, puedan continuar por ese camino.

De la misma manera queremos felicitar al Ministro Ramón Rodríguez Chacín por su gestión en la liberación de esas dos mujeres, y todo esto se logró gracias al desprendimiento, a la perseverancia del Presidente Chávez y todo ese equipo que trabajó por estas liberaciones, que lo hizo sobreponiéndose a tantos obstáculos, a la adversidad y fueron persistentes. Si algo tenemos que rescatar de este ejemplo, es eso, tenemos que ser persistentes, tenemos que mantenernos unidos, y en la unidad es donde nosotros podemos lograr esos objetivos.

Nosotros, desde esta Asamblea Nacional, aspiramos que en lo individual cada hombre y cada mujer puedan asumir esos valores como propios, para después ponerlos en práctica en lo colectivo. Es la única forma en que podemos lograr los retos que se nos van a imponer en la vida, y esas grandes metas que la misma vida nos impone. Por eso, desde aquí, desde la Asamblea Nacional, muchas gracias y seguiremos trabajando en unidad por el país y por la paz del mundo.

Muchas gracias, Presidente Chávez.

Vamos ahora, de conformidad con lo que establece el artículo 237 de la Constitución, a escuchar al Presidente Hugo Chávez, quien tiene la palabra.

CIUDADANO HUGO CHÁVEZ, PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.– Ciudadana diputada Cilia Flores, Presidenta de la Asamblea Nacional; ciudadano diputado Roberto Hernández Wohnsiedler, Primer Vicepresidente; ciudadano diputado José Albornoz, Segundo Vicepresidente; quiero felicitar a nuestros compatriotas: Cilia, Roberto y José, por su elección para este nueva Directiva del año 2008 de nuestra Asamblea Nacional, y a todos ustedes, honorables Diputados y Diputadas, por la forma como han venido desempeñando sus funciones y, sobre todo, por el exitoso inicio de las sesiones ordinarias de nuestra muy respetada y muy querida Asamblea Nacional; Diputados, Diputadas, ciudadana Magistrada Luisa Estela Morales, Presidenta del Tribunal Supremo de Justicia; ciudadano doctor Clodosbaldo Russián, Presidente del Poder Ciudadano, Contralor General de la República; ciudadana doctora Tibisay Lucena, Presidenta del Consejo Nacional Electoral; ciudadana doctora Luisa Ortega Díaz, Fiscal General de la República; ciudadana licenciada Gabriela Ramírez, Defensora del Pueblo; también mis felicitaciones para nuestras compatriotas recientemente seleccionadas por esta Asamblea Nacional, representantes del pueblo para estos altos cargos, altas responsabilidades al frente de las más altas instituciones del Estado nacional.

Excelentísimos Embajadores y Embajadoras del Cuerpo Diplomático acreditados ante el Gobierno Nacional, mi saludo muy especial para ustedes y el agradecimiento permanente por acompañarnos en este evento y por acompañarnos en este tiempo, en estos inicios del siglo XXI y del tercer milenio de nuestra era.

Ciudadano licenciado Víctor Hugo Morales, Presidente del Parlamento Andino, Capítulo Venezuela; ciudadano abogado Walter Gaviria, Presidente del Parlamento Latinoamericano, Capítulo Venezuela; ciudadano Coronel Ramón Carrizález, Vicepresidente Ejecutivo de la República, felicitaciones y le deseamos todo el éxito al frente de la gestión de la Vicepresidencia y la coordinación del Gobierno Nacional.

Señores Ministros y Ministras del Poder Ejecutivo; señores Gobernadores y Gobernadoras presentes en el acto; señor Alcalde Mayor del Distrito Metropolitano; señor Alcalde del Municipio Libertador; Alcalde del Municipio Sucre; señor Comandante General de la Reserva Nacional, movilización nacional; demás Generales y Almirantes integrantes del Alto Mando Militar de la República.

Ciudadano doctor Gastón Parra Luzardo, Presidente del Banco Central de Venezuela, también debemos felicitarlo por la extraordinaria gestión al frente del Banco Central de Venezuela y, sobre todo, por ese histórico proceso de la reconversión monetaria: el bolívar fuerte.

Yo me gané un bolívar fuerte ayer, en una apuesta que hice. No es bueno apostar así, pero yo hice una apuestita que por ahí.

Presidentes y Presidentas de institutos autónomos y empresas del Estado; ciudadano doctor Alejandro Uzcátegui, Presidente de Empresarios por Venezuela, y demás representantes de empresas del sector privado nacional; invitados especiales; periodistas, fotógrafos, camarógrafos; amigas y amigos, compatriotas del pueblo bolivariano, quienes están allá en la calle, quienes están allá en sus casas, quienes están a esta hora de este día de hoy, viernes 11 de enero de 2008.

Vengo, pues, a cumplir, como ya lo ha dicho la ciudadana Presidenta, con una de las responsabilidades que me impone la Constitución Bolivariana, a presentar el Informe Anual de Gestión del año 2007. Voy a leer algunas cosas que hemos estado preparando, pero antes una reflexión en torno a este maravilloso evento de ayer al cual se refería la Presidenta Cilia Flores y que a todos nos tuvo en vilo desde hace varias semanas y ayer vivíamos con intensa emoción humanista el resultado exitoso de la Operación Emmanuel.

Yo quiero hacer un reconocimiento a todos quienes participaron en esta gestión humanitaria. Quiero reconocerles a todos, sin excepción alguna, y creo que ha sido un buen ejemplo de todo lo que se puede lograr cuando se coloca por delante el sentido humano: somos capaces de derrotar, de dejar atrás cuantas intenciones hubo para sabotear esa operación, porque hay en este mundo quienes no quieren la paz, hay en este mundo a quienes no les interesa la paz, hay quienes pretenden llevar al mundo, seguir llevando a este mundo nuestro por los caminos terribles de la guerra, de la división entre naciones, entre pueblos. ¿Para qué? La estrategia es muy sencilla: divide y reinarás. Y es sobre la división interna en nuestras naciones y es sobre la división entre repúblicas, entre regiones que se ha logrado instalar un imperio desde hace mucho tiempo, que pretende seguir dominando al mundo a través de la guerra. Guerra en distintos frentes, no sólo el frente militar; guerra económica, guerra psicológica, guerra mediática, guerra social.

Comienza el siglo, pidamos a Dios que más pronto que tarde se acabe el imperio de los Estados Unidos sobre el mundo, que tanto daño le ha hecho a este planeta, tanto daño le hace al mundo.

Así que agradezco a todos, a los gobiernos que nos han acompañado, los gobiernos de Argentina, de Brasil, de Ecuador, de Bolivia, de Cuba, de Francia, de Suiza, y muchos otros líderes gobiernos del mundo que han estado atentos, pendientes, apoyando este camino.

Recordaba esta mañana una frase que lanzó Bolívar cuando recibió la terrible noticia del asesinato del Mariscal de América, como sabemos, allá en Berruecos, en junio de 1830. Dicen que Bolívar dijo llorando: “La bala que mató a Sucre acabó con Colombia y terminó con mi vida”. Y Bolívar también se refirió a Sucre en aquellos momentos como el Abel de Colombia: “Han matado al Abel de Colombia”, dijo.

Bueno, la bala o las balas de Berruecos siguen tronando en Colombia, con el perdón de los colombianos de hoy, que son nuestros hermanos. Y digo con el perdón de los colombianos de hoy, porque yo soy colombiano de origen, nosotros somos colombianos de origen, de la Colombia originaria, de la Colombia bolivariana.

Yo me siento colombiano hasta la más profunda médula de mis huesos. Colombia, ¿qué significa Colombia? Bolívar dijo un día, hablando de Bolivia: “Bolivia es un amor desenfrenado de libertad”.

Hoy pudiéramos decir nosotros qué es Colombia. Colombia para nosotros es el sueño primigenio de una Patria grande, es un sueño, es un amor desenfrenado de Patria grande, de Patria eterna. Colombia, ¿de dónde viene ese nombre?

El primero que lo lanzó, la mente que lo parió, el alma que lo engendró nació aquí en Caracas en 1750, y aquel Quijote sin locura, –como llegó a llamarlo Napoleón Bonaparte– revolucionario sin par, colombiano infinito, participó en las tres grandes revoluciones de su tiempo, a caballo, espada en mano, comandando tropas, comandando pueblos, en la revolución de los Estados Unidos, en la Independencia de los Estados Unidos, en la Revolución Francesa llegó a Mariscal y aquí comandó la Primera República y fue el Generalísimo.

Él fue quien lo inventó, quien lo parió –como ya dije– de su alma, de su recorrer por el mundo, de sus luchas interminables. Él se imaginó una Patria grande en Suramérica y la dibujó, no sólo la soñó, la proyectó, le hizo su bandera, proyectó su ejército, proyectó sus leyes, proyectó sus instituciones, habló del incanato para recuperar lo más profundo de nuestras raíces indígenas, de la civilización inca, la más avanzada civilización precolombina que tuvo Suramérica.

Ustedes saben, pues, que estoy rindiendo tributo en cada palabra a Sebastián Francisco de Miranda. Caraqueño, suramericano infinito, inmortal. Colombia, Colombia. Y luego Bolívar, alfarero de repúblicas, alfarero de Colombia, y luego aquella nuestra historia, aquella nuestra gesta de independencia, aquel proyecto de la unidad suramericana, aquel proyecto del Congreso Anfictiónico de Panamá, aquel proyecto antiimperialista, aquel proyecto para lograr un mundo de libertad y de igualdad, un mundo nuevo en el Nuevo Mundo, y aquella bala de Berruecos y aquel puñal en Bogotá, y aquel llanto en Santa Marta, y aquella cosiata en Valencia, y aquella traición en Caracas, y aquella en Bogotá, y aquel 17 de diciembre de 1830. “La bala que mató a Sucre acabó con Colombia y con mi vida”.

Hoy estamos sufriendo todavía los estertores de aquella Colombia. Ojalá, pidamos a Dios, que la liberación de Clara, de Consuelo y de Emmanuel sea el anuncio definitivo de la era de la resurrección de Colombia, de la resurrección verdadera de la unidad grancolombiana, que es el único camino a nuestra verdadera liberación, para lograr el equilibrio en América y el equilibrio en el mundo.

Ayer lo dije, y lo repito aquí, señora Presidenta, a nombre del pueblo venezolano. Una de las primeras cosas que me dijo la compatriota Consuelo González de Perdomo, me lo dijo por teléfono y luego me lo ratificó en Palacio conversando un rato junto a Clara y sus familiares. Me dijo: “Mire, los que quedaron allá le mandan esto” –ella trajo unas pruebas de vida– y de inmediato se las entregué a la comisión que ellos tienen conformada por la liberación de todos. Y me dijo: “Además, le mandan a decir que no baje la guardia”. Le dije: Yo no voy a bajar la guardia porque para mí es un compromiso, es un compromiso, es un compromiso. La resurrección de la Gran Colombia pasa por la paz en Colombia. Pasa por allí. Y la resurrección del espíritu de la Gran Colombia y la unidad de este inmenso territorio, como decía Bolívar, bañado por las aguas del Atlántico y las aguas del Pacífico.

Este territorio, mezcla mágica de lo indio aborigen con lo negro africano, lo blanco europeo, esta tierra de un millón de macondos y de años y siglos de soledades y de batallas, parafraseando a Gabriel García Márquez, esta parte de nuestro mundo es territorio para la utopía, para hacer concreta la utopía.

Así que para mí es un compromiso. Es un compromiso y ya estamos elaborando fórmulas para continuar avanzando. Ojalá el Gobierno de Colombia recapacite. Anoche yo veía al Presidente Uribe dando una declaración al mundo. Le agradezco al Presidente de Colombia sus generosas palabras para con el Gobierno venezolano. Sin embargo, lamentablemente, lo que ocurrió no fue poca cosa, lo que ocurrió en noviembre destrozó, pulverizó la confianza que habíamos venido creando entre ambos Presidentes, entre ambos Gobiernos. Cosa que no fue nada fácil.

Y eso fue, estoy seguro, producto de infinitas presiones de quienes quieren la guerra, de quienes no les importa nada la vida ni la suerte de los pueblos. Sin embargo, a pesar de todo lo que ocurrió –yo lo dije ayer también–, nosotros estamos dispuestos a continuar buscando fórmulas para lograr la paz en Colombia. Y en ese esfuerzo, por supuesto, debemos seguir trabajando en distintos niveles con el Gobierno de Colombia; debemos seguir trabajando en distintos niveles con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, con el Ejército de Liberación Nacional de Colombia. Nadie se moleste por ello. Es imprescindible hacerlo.

Quién puede pensar en la posibilidad de algún acuerdo de paz si no hay contacto entre las partes enfrentadas. Y, realmente, lo digo aunque alguien se pueda molestar: las FARC y el ELN no son ningunos cuerpos terroristas, son ejércitos. Verdaderos ejércitos, son verdaderos ejércitos que ocupan espacio en Colombia, que ocupan un espacio. Hay que darles reconocimiento a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y al Ejército de Liberación Nacional de Colombia. Son fuerzas insurgentes que tienen un proyecto político, que tienen un proyecto bolivariano, que aquí es respetado. Es respetado.

Yo solicito a los gobiernos del Continente que retiren a las FARC y al ELN, aquellos que así hayan colocado a estos cuerpos insurgentes de guerrilla, de la lista de grupos terroristas, que los retiren. Pido a Europa que retire a las FARC y al ELN de la lista de grupos terroristas del mundo, porque eso tiene una sola causa, la presión de los Estados Unidos. A mí me tienen en una lista de terroristas también.

Hay que recordar, señores Embajadores. A mí me dieron la visa. Yo no la pedí, por cierto. La había pedido antes, sólo porque me habían invitado, siendo candidato en el 98, a un programa de televisión en Estados Unidos. Yo no tenía ganas de ir, pero mis asesores, entre ellos el muy querido y respetado General Alberto Müller Rojas, me dijo: ¡Anda! Van a decir que estás huyendo al combate. Entonces me picó por ahí, y dije: Bueno, voy. Búsquenme un pasaje, porque no tenía ni para el pasaje. Un programa de televisión allá muy combativo, y todos los candidatos a la presidencia de Venezuela habían ido o estaban invitados: Frijolito y compañía. Y por eso, pues, tenía que pedir la visa. Fui a la Embajada de los Estados Unidos, hice mi cola como cualquier ciudadano, llené una planilla solicitando la visa. A los pocos días ellos, violando disposiciones consulares, porque no tiene necesidad de hacerse público, ese es un trámite muy personal, pero la Embajada aquí hizo pública su negativa, aduciendo que yo estaba incluido en una lista de terroristas.

A Evo Morales también lo tienen en la lista de los terroristas. Al Presidente Evo Morales y al Movimiento de los Cocaleros de Bolivia, que como dicen ellos: “Coca no es cocaína; cocaína es la que consumen en Estados Unidos”. El primer consumidor del mundo de cocaína, no la que mastican nuestros indígenas en los Andes bolivianos y los andes suramericanos desde hace 20 mil años de civilización aimara, inca.

Son dos cosas muy distintas, señores Embajadores. La coca no es la cocaína. Yo mastico coca todos los días en la mañana y miren como estoy. Evo me regaló, así como Fidel me manda helados Copelia y muchas otras cosas que me llegan frecuentemente de La Habana, Evo me manda pasta de coca. Se las recomiendo. Entonces, no es cocaína.

Ah, Estados Unidos está empeñado con los movimientos de cocaleros que defienden su sistema de producción, que es un sistema social, es un sistema económico; hay que reconocerlo como eso. No sólo es económico, es un sistema social. Los tienen anotados en la lista de los narcotraficantes y terroristas, por tanto.

Entonces yo, señor Presidente de Colombia, quisiera retomar con usted el diálogo, pero en un nuevo nivel. Le pido que comencemos reconociendo a las FARC y al ELN como fuerzas insurgentes de Colombia y no como grupos terroristas. Y así lo pido a los gobiernos de este Continente y a los gobiernos del mundo.

En todo caso desde Castillete, allá en la Alta Guajira, hasta la Piedra del Cocuy, en esos varios miles de kilómetros de nuestra frontera común, Venezuela tiene los brazos abiertos como zona humanitaria, como zona de paz, y continuaremos haciendo los esfuerzos que haya que hacer.

Bien, voy a leer –el riesgo de la lectura es que ustedes se puedan aburrir– y trataré de ir haciendo algunos comentarios sobre la marcha. Hemos hecho un esfuerzo, señora Presidenta, sin embargo traje, por supuesto, mi informe por escrito. ¿Dónde me colocarían los libros que voy a entregar a la Presidenta para su difusión, su análisis y su estudio? Lo que voy a leer seguramente no será ni siquiera un 10% de todo cuanto hicimos en el año 2007, que fue un año, el primero, apenas el primer año de este nuevo período constitucional 2007-2013.

Comparezco, pues, ante esta Asamblea y ante el pueblo venezolano con la inmensa felicidad que nos embarga por la vida, por la paz, recordando las palabras de Consuelo y de Clara: “Gracias por ayudarnos a volver a la vida, a volver a vivir”.

Hoy es un momento para celebrar la vida, el encuentro, la solidaridad, la paz. Quiero insistir en eso, la paz. Nosotros somos portadores de las banderas de la paz, y la paz tiene varios niveles; el primero de ellos, el más simple, es la ausencia de guerra armada. Pero ahí –ustedes saben– hay un concepto, por cierto manejado y aceptado por las Naciones Unidas, que es el de la paz positiva, una situación donde haya justicia, y eso incluso es palabra cristiana, de Cristo, nuestro Padre Redentor, mártir de los pueblos. No habrá paz positiva y verdadera en este mundo mientras no haya justicia.

Nosotros los bolivarianos, nosotros los venezolanos revolucionarios y revolucionarias, los hombres y mujeres de buena voluntad de esta tierra, somos y debemos ser cada día más portadores de las banderas de la paz, de la paz verdadera, de la paz profunda. Quiero insistir en esto porque ese es uno de nuestros códigos; porque aquí en Venezuela, no lo olvidemos un instante, señores Diputados, señoras Diputadas, tenemos nosotros una quinta columna, Iris, que quiere llevarnos a la guerra entre nosotros mismos; y esa quinta columna no va a descansar un segundo porque está financiada, impulsada, orientada, planificada, motivada, etcétera, por la fuerza más reaccionaria del imperio norteamericano. Pretenden llenarnos de violencia para, de esa manera, detener el hermoso impulso de la Revolución Bolivariana. No lo olvidemos ni un solo segundo.

Hemos estado batallando contra esos demonios desde hace mucho tiempo. Venezuela estuvo a punto de convertirse en un maremágnum de violencia por allá por los años 80, sobre todo en la última parte de aquella década de los 80 y la primera parte de la década de los 90. Fueron veinte años terribles, pues, la década de los 80 y la década de los 90.

Hoy creo que ese es uno de los más grandes logros de nuestro esfuerzo colectivo, de nuestro proceso de cambio, de transformaciones de nuestra Revolución. Hemos estado alejando a la Patria del abismo de la guerra, del abismo de la violencia desatada, fratricida; pero no olvidemos ni un instante que aquí tenemos una quinta columna que tiene mucho poder y cuya tarea es esa, tratar de llevarnos a la guerra entre nosotros.

Los hemos venido derrotando y estamos obligados a seguirlos derrotando. Derrotemos la cultura de la guerra y sigamos fortaleciendo la cultura de la paz.

Por eso es que eventos como el de ayer brotan, e impactan con tanto furor y tanta emoción al pueblo venezolano, porque nosotros somos un pueblo de paz. Me decía el Canciller Nicolás Maduro y el Ministro Rodríguez Chacín, ellos venían de Maiquetía, y yo le había dicho a doña Clara que consideraba que mejor sería que fueran a descansar y que si yo podía los saludaba en la noche, u hoy, antes de su partida, pues, a lo mejor los saludaba. Pero no, ellos decidieron venir a Palacio; así que los esperamos allí con mucho amor para cantar nuestros dos himnos, el de Colombia y el de Venezuela, y conversar un rato. Pero me comentaban que sin haber hecho ningún anuncio previo, porque además las coordenadas del lugar exacto donde una patrulla de la guerrilla colombiana estaba con Clara y Consuelo, nos llegaron fue antier, poco antes del mediodía, Ramón.

Recuerdo que estábamos preparándonos para recibir a nuestros campeones, los muchachos y las muchachas de voleibol. Unos verdaderos héroes. Lamentamos mucho haber derrotado a la Argentina, señora Embajadora, lamentamos mucho haber derrotado al Perú, señor Embajador, pero yo nunca olvido una frase de Fidel Castro cuando nos enfrentamos en La Habana, en aquel juego memorable de beisbol –que está pendiente la revancha– y Fidel, después de haber estado ambos juntos todo el día –el juego fue por la noche, ustedes recuerdan– llegamos a la puerta del estadio en el mismo vehículo, Embajador, él venía como preocupado y me dijo: “Mira, Chávez, te voy a dar un consejo, trata de hacer todas las carreras que puedas en los primeros innings”. Ya él tenía el plan aquel de disfrazar a Kindelán y a Juan Contreras y a todo el equipo grande de Cuba, como al final lo hizo. Y en la puerta del estadio nos despedimos, él se fue hacia el dugout de Cuba y yo hacia el dugout nuestro. En la puertita del estadio me agarró un brazo y me dijo: “Mira, Chávez, aquí se acaba la caballerosidad cubana, de aquí para allá defiéndete”. Igual, señora Embajadora, igual señores Embajadores, fue una gran batalla esa y un honor de verdad haber triunfado en ese encuentro con Argentina, uno de los más prestigiosos y grandes equipos de voleibol de nuestro Continente y del mundo, los primeros en el ranking mundial.

No fue poca cosa que nuestros muchachos le hayan ganado a esos grandes. Los nuestros ya no son pequeños, nosotros ya no somos pequeños. Hemos comenzado a crecer, señor Embajador del Brasil, con todo mi respeto, recuérdele, por favor, al Presidente Lula la amenaza que tenemos de ganarle a Brasil en fútbol en cualquier momento, no avisaremos, no les avisaremos.

Las muchachas del softbol, campeonas también panamericanas de softbol femenino. Les dije hace poco a las muchachas, porque ellas están empeñadas en jugar contra mí, me quieren ponchar, yo sé que ya me quieren ponchar: “Pero van a jugar contra un viejo, ¿por qué no hacemos un juego contra las cubanas?”. ¿Y saben qué me dijeron, Embajador? “¡Estamos cansadas de ganarle a las cubanas!”. Con todo respeto, les dije: “¿Contra quién quieren jugar?” “¡Ah, contra las gringas!”. Parece que tienen un pique pendiente con las gringas, que es un equipo de los mejores del mundo. Pero vamos a echar una partidita contra las muchachas. Bueno, yo voy a jugar para ellas, voy a ser un refuerzo masculino ahí. Y ustedes, por favor, señores Diputados, armen un equipo, refuércense, Cristóbal Jiménez juega muy bien, Darío Vivas, vayan practicando, Ameliach, María de Queipo.

Pero en fin, nos llegaron las coordenadas cerca del mediodía de antier, es decir, del día 9. De inmediato comenzamos a evaluar los riesgos, la operación, las coordinaciones, y la madrugada de ayer comenzó la operación. Fíjense ustedes qué cosas, no. Ramón, ¿qué hora era cuando tú me llamaste y me pusiste a Clara y a Consuelo desde allá, desde las montañas?

(El Ministro Rodríguez Chacín le contesta: “11:30 de la mañana”)

Las 11 y 30 de la mañana; es decir, nos llegaron las coordenadas y en menos de 24 horas estábamos ya rescatando a nuestras dos compatriotas colombianas, en menos de 24 horas.

Bien, la paz, la unión, la familia. Un mensaje de paz para el mundo, para los pueblos del mundo, un mensaje de esperanza para todos.

Para continuar estas palabras, una vez más, es necesario, insistiré siempre en hacer memoria, construir memoria, iluminar de dónde venimos para saber dónde estamos y hacia dónde vamos. Ayer y hoy conmemoramos dos aniversarios, quería recordarlos, dos efemérides que son fundamentales para entender la historia que nos ha traído hasta aquí.

Hay que insistir hasta el cansancio en la necesidad de fortalecer nuestra conciencia histórica, lo que hemos sido; es decisivo para una comprensión justa de lo que somos y de lo que queremos ser.

El día de ayer conmemoramos un nuevo aniversario de la tragedia de San Carlos. Aquel 10 de enero de 1860 fue un día de llanto y de dolor para todo un pueblo ante la pérdida de un hijo que fue capaz de luchar por la causa revolucionaria, por su anhelo de redención, de justicia y de igualdad. Aquel hombre había recogido e interpretado la esperanza de los preteridos y olvidados desde 1830, había levantado la bandera bolivariana y planteado combativamente la decisiva cuestión de la igualdad establecida y practicada. Hay que decir que del crimen cometido contra Ezequiel Zamora, el General del Pueblo Soberano, podemos extraer una enseñanza, una enseñanza permanente sobre el problema del liderazgo.

Recordemos la historia. Luego de aquel desgraciado balazo de San Carlos, aquel ejército popular, aquella rotunda expresión del pueblo en armas, desaparecido físicamente su conductor militar e ideológico, perdió cohesión, se fue dispersando y a ello se debe, entre otras cosas, que la Guerra Federal durara tanto tiempo y que todo terminara en un pacto entre la cúpula conservadora y la cúpula liberal que, por supuesto, excluía al pueblo.

No es de extrañar que la idea de la liquidación física de Zamora sea obra de sus supuestos compañeros y que se le atribuya la autoría intelectual del crimen al mismísimo Antonio Guzmán Blanco; de igual manera que a la brava Paula Correa, su madre, se le tildara de loca por pensar y sostener lo mismo.

No hubo nadie que lo reemplazara, porque la voluntad colectiva de lucha dependía todavía estrechamente de su liderazgo, no había un desarrollo suficiente de la voluntad colectiva, de la conciencia revolucionaria que permitiera continuar la guerra tras los grandes objetivos, tras el horizonte estratégico de una sociedad de iguales.

Lo que ocurrió tres años después fue una nueva frustración de la esperanza colectiva, y un 24 de abril de 1863 comenzó a consumarse una de las peores traiciones contra el pueblo venezolano. Ese día se firmó un convenio que ponía fin formalmente a la Guerra Federal. Los firmantes fueron: Antonio Guzmán Blanco, en representación de Juan Crisóstomo Falcón, Jefe del Ejército Federal, y Pedro José Rojas, delegado de José Antonio Páez.

Luego de varios ajustes, el convenio terminó convirtiéndose en el Tratado de Coche. Fue el 22 de mayo de 1863, cuando la traición se consumaría definitivamente. Una traición contra todo lo que encarnaba Ezequiel Zamora, una traición contra el pueblo. La verdad verdadera, así nos lo recuerda Ramón Díaz Sánchez, es que la Federación como causa popular y revolucionaria había muerto en San Carlos el 10 de enero de 1860, había desaparecido junto con su líder natural.

Pero hoy Zamora vive, hoy Zamora ha resucitado en el amor del pueblo; necesario es invocar su espíritu, el espíritu combatiente y libertario de todo un pueblo que, gracias a su liderazgo, volvió a creer en sí mismo y en su capacidad para construir una Patria libre y justa. Invocamos el espíritu de quien bien puede ser considerado uno de nuestros más grandes y primeros bolivarianos y uno de nuestros primeros socialistas, porque fue Zamora portador de la bandera del socialismo.

Invocamos su espíritu para afirmar una vez más que la historia de las traiciones debe haber concluido. Con esta Revolución Bolivariana debe concluir en Venezuela la historia de las traiciones al pueblo, que ya es bastante larga.

En este punto –punto de honor, digo– no vamos a dar marcha atrás. Con la voz del gran poeta venezolano Víctor Valera Mora decimos: “Zamora cabalga y somos lo que sucede, la posibilidad del porvenir”.

Hoy también conmemoramos otro aniversario de una enorme trascendencia histórica. Un 11 de enero, era el año de 1820, cuarenta años antes de la bala de San Carlos, el Congreso de Angostura, a solicitud de nuestro Libertador Simón Bolívar, decretó la abolición de la esclavitud, y hay que recordar que esta fue una de las mayores frustraciones de la vida de Bolívar. Contra todo lo que pensó, dijo y obró, la abolición de la esclavitud no pudo llevarse a la práctica.

El gran escritor colombiano Álvaro Mutis, en su extraordinaria ficción El Último Rostro, hace que la voz de Bolívar nos hable con este acento tan dramático como conmovedor: “¿Sabe usted que cuando yo pedí la libertad para los esclavos las voces clandestinas que conspiraron contra el proyecto e impidieron su cumplimiento fueron las de mis compañeros de lucha?; los mismos que se jugaron la vida cruzando los Andes para vencer en el Pantano de Vargas, en Boyacá y en Ayacucho; los mismos que habían padecido prisión y miseria sin cuento en la cárceles de Cartagena, El Callao y Cádiz de manos de los españoles. Cómo se puede explicar esto si no es por una mezquindad, una pobreza de alma, propia de aquellos que no saben quiénes son, ni de dónde son, ni para qué están en esta tierra”. Palabras creadas por Álvaro Mutis en El Último Rostro y tomadas de la angustia de Bolívar.

Como dice García Márquez en su gran novela El General en su Laberinto: “Bolívar murió en la hacienda de un español, oyendo el canto de los esclavos”. Así murió Bolívar. Recordemos aquello que dijo el Libertador en su discurso ante el Congreso de Angostura el 15 de febrero de 1819: “No se puede ser libre y esclavo a la vez, sino violando las leyes naturales, las leyes políticas y las leyes civiles. Yo abandono a vuestra soberana decisión la reforma a la renovación de todos mis estatutos y decretos, pero yo mismo imploro la confirmación de la libertad absoluta de los esclavos, como imploraría mi vida, y la vida de la República”. Bolívar en 1819.

Precisamente, quienes finalmente traicionarían a Bolívar se opusieron desde siempre a la abolición de la esclavitud. Querían la independencia, sí, pero para hacer usufructo de ella. Igualmente, aquel 15 de febrero de 1819 Bolívar dijo: “La esclavitud es la hija de las tinieblas...”. Hoy aún buena parte de los pueblos del mundo se encuentra en las tinieblas en las que los ha sumergido la lógica salvaje y destructiva del modelo capitalista y que condena a las sociedades a la peor de las esclavitudes, haciéndoles creer que la libertad está ligada a los antivalores creados por el capitalismo. “Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza”, decía también Bolívar. Esta fue una gran verdad en su tiempo y lo sigue siendo en el nuestro. A 188 años de aquella fecha, señora Presidenta, señores Diputados, señoras Diputadas, nuestra lucha hoy, la batalla histórica de la revolución y del pueblo venezolano es acabar con toda forma de esclavitud moderna. Una oscura y sutil esclavitud que ya no se ejerce mediante el látigo, el hierro y los grilletes, sino a través de cadenas invisibles, de los brutales y perversos mecanismos de la explotación capitalista, alienación, dominación, enajenación, opresión, mercantilización de las relaciones humanas.

Es necesario preguntarnos hoy, ahora, ¿dónde estamos hoy? El año 2008 se presenta como un año decisivo para la Revolución Bolivariana. El año 2008 –quiero repetirlo– se presenta ante nosotros como un año decisivo para la Revolución Bolivariana.

Por otra parte, debemos darnos cuenta que el 2008 es y será el décimo año de la Revolución, el décimo año. El próximo 2 de febrero cumpliremos 9 años de haber llegado aquí y entraremos al año décimo. Entraremos al redondeo de la década –si me permite la frase, señor Presidente del Banco Central–, el redondeo de la década. Una década. Y aquí es bueno mirar con atención y utilizar distintas corrientes del pensamiento, distintas artes y técnicas de la ciencia para evaluar bien, para evaluar bien este primer ciclo: una década; y hacer comparaciones, producto del estudio, y hacer luego proyecciones producto de las conclusiones, de las revisiones, el reimpulso hacia la próxima década revolucionaria.

Pero no menos necesario –digo también– es realizar una mirada detenida y en profundidad hacia el año 2007, un año de muchos logros y acontecimientos que merecen destacarse, defenderse, revisarse, evaluarse.

No hubiese sido posible alcanzar ninguno de los logros que describimos detalladamente hoy, sin el pueblo, sin su concurso vivo y activo, participativo y protagónico. El pueblo es inspiración y guía en esta nueva etapa de revisión y rectificación dirigida a hacer del 2008 el año del reimpulso revolucionario.

La grandeza de nuestro pueblo la vemos materializada día a día en nuestros jóvenes deportistas, por ejemplo, quienes por su trabajo, entrenamiento y esfuerzo continuo han dejado en alto el nombre de Venezuela en todo el planeta. Asimismo, la grandeza de nuestro pueblo se demuestra en nuestros jóvenes y niños músicos, quienes con tesón y estudio, así como una gran sensibilidad, han llevado la música y la excelencia de nuestras orquestas infantiles y juveniles por todo el mundo. Ellos son encarnación de lo que Augusto Mijares llamaba lo afirmativo venezolano, que hoy está íntimamente ligado con el socialismo venezolano.

Sí, lo digo, el socialismo es la forma de llevar a su plenitud lo afirmativo venezolano, lo positivo venezolano, la venezolanidad en su máxima expresión. Seamos venezolanos, venezolanas, en toda su dimensión.

La paz es también un valor del venezolano y meta del Gobierno Bolivariano. La vía venezolana hacia el socialismo es democrática y pacífica, y este es un rasgo que la distingue: se basa en el respeto a la pluralidad constitutiva de nuestra sociedad, al Estado de derecho, a la Constitución. Nunca, en verdad, nunca como ahora, en Venezuela se había vivido en un verdadero Estado de derecho y en el marco de la libertad más absoluta. Nuestros esfuerzos en la gestión pública y especialmente en esta etapa de búsqueda de la eficiencia, están dirigidos a lograr la paz de nuestra Patria y la paz de cada uno de sus habitantes, garantizándoles la satisfacción de todas sus necesidades. Ese es el único camino para la paz verdadera, para la paz positiva.

Ahora bien, la paz no es ausencia de conflictos. También sobre esto quiero reflexionar con ustedes. La paz no es ausencia de conflictos. Un gran pensador, también colombiano, llamado Etanislao Zuleta, dice en su libro Elogio de la Dificultad y Otros Ensayos, lo siguiente, cito: “Una sociedad mejor es una sociedad capaz de tener mejores conflictos...”.

Voy a repetirlo porque es interesante este enfoque: “Una sociedad mejor es una sociedad capaz de tener mejores conflictos. De reconocerlos y de contenerlos. De vivir no, a pesar de ellos sino productiva e inteligentemente con ellos y en ellos, que sólo un pueblo escéptico sobre la fiesta terrible de la guerra, maduro para el conflicto, es un pueblo maduro para la paz”.

Lo repito: “…sólo un pueblo escéptico sobre la fiesta terrible de la guerra, maduro para el conflicto, es un pueblo maduro para la paz”.

Yo creo que Venezuela, nuestro pueblo, ha venido madurando para el conflicto, en el conflicto, sobre el conflicto. No neguemos el conflicto. No. Reconozcámoslo, nos dice este autor colombiano, Etanislao Zuleta: “Maduremos sobre el conflicto y estaremos madurando para la paz”.

Volvamos, una vez más, a Bolívar en Angostura cuando dijo, vuelvo a citarlo: “Dignaos, legisladores, acoger con indulgencia la profesión de mi conciencia política, los últimos votos de mi corazón y los ruegos fervorosos que a nombre del pueblo me atrevo a dirigiros. Dignaos conceder a Venezuela un gobierno eminentemente popular, eminentemente justo, eminentemente moral, que encadena la opresión, la anarquía y la culpa. Un gobierno que haga reinar la inocencia, la humanidad y la paz. Un gobierno que haga triunfar, bajo el imperio de leyes inexorables, la igualdad y la libertad”.

Estos son, yo diría, permítanmelo, núcleos vivos, núcleos potentes del pensamiento de Bolívar, del pensamiento que debe impulsar la construcción de nuestro Socialismo Bolivariano: la igualdad y la libertad. “Un gobierno eminentemente popular, eminentemente justo, eminentemente moral...”.

Es por ello que hoy, cuando por mandato de la Constitución Bolivariana presento al país ante esta Asamblea un nuevo balance de nuestra gestión, ratificamos ante el pueblo nuestro compromiso de hacer triunfar, bajo el imperio de leyes inexorables, la igualdad y la libertad, e igualmente nuestra voluntad de gobernar obedeciendo. Y en este día reafirmamos que el socialismo, y quiero reafirmarlo, y cuando lo reafirmo creo que estoy y estamos reafirmando el camino, la voluntad; reafirmando nuestra conciencia de batalla, de lucha; reafirmando que el único y verdadero camino para la liberación definitiva de nuestra Patria es el camino del socialismo. No hay otro camino. Quiero que lo reafirmemos desde lo más profundo de nuestra voluntad, de nuestro optimismo, de nuestra conciencia.

Es preciso detenernos a revisar qué pasó en Venezuela en el 2007, con una mirada abarcadora que nos permita interpretar el proceso histórico, político, económico y social desarrollado en los primeros 9 años de la Revolución Bolivariana.

Comenzando con ese balance, he querido traer algunas cifras, algunos datos que me han parecido relevantes, de una encuestadora a la que considero prestigiosa, respetada en el mundo: Latinobarómetro, una encuestadora internacional.

Datos de los últimos años sobre la percepción que tienen los pueblos sobre sus respectivos países, sobre sus respectivos gobiernos, sobre la situación que viven. Según Latinobarómetro, en el plano político el índice de satisfacción con la democracia en 1998 era en Latinoamérica del 37%. En 1998, 37%. Mientras que en Venezuela se estaba por debajo de la media, en Venezuela era 35%, en 1998.

En el 2007, el índice promedio de Latinoamérica ha permanecido en 37%, lamentablemente, porque considero que es muy bajo. Satisfacción con la democracia, señores Embajadores y Embajadoras. En cambio, el índice en Venezuela, en el 2007, creció hasta el 59%.

Esas son cosas buenas de evaluar, ésta no es una encuestadora del Gobierno de Chávez, ahí están sus cifras en Internet, y ya tienen una década porque ellos comenzaron a evaluar precisamente en 1998, es la data más antigua que tienen. Antes, no habían hecho esta medición.

También hay un Eurobarómetro, también hay el barómetro en varios continentes, no estoy seguro si en África, pero sí me consta porque lo he visto que hay un Eurobarómetro que mide estas mismas variables en Europa.

Así que en estos 9 años Venezuela se ha convertido, según esta medición, en el segundo país en América Latina en grado de satisfacción con la democracia, superado por el pueblo de nuestra hermana República Oriental del Uruguay.

Con respecto a la valoración de su gobierno, en el 2007 el índice de confianza en el Gobierno venezolano es o fue del 66% de la población, ocupando el primer lugar en el contexto latinoamericano donde la valoración media es del 39%.

Con relación a la percepción acerca de la situación económica, el 54% de los venezolanos tiene una imagen de progreso económico en Venezuela en 2007, la segunda del Continente detrás de Chile; mientras que el promedio en América Latina ha sido del 31%. Venezuela en 54%.

La idea de progreso económico. En Venezuela el 52% de la población opina que la situación económica en el país es muy buena o buena, 52%. Mientras que el promedio latinoamericano de la opinión favorable sobre la situación económica de su país sólo alcanza el 21%.

Esto último es muy lamentable, ojalá todos estuviéramos en unos índices muy por encima de los que incluso hoy tiene Venezuela. Eso significa que de cada 10 venezolanos, 5 opinan que la situación económica del país mejorará o está en una buena o muy buena situación.

En ese mismo sentido, la expectativa de mejora de la situación económica familiar –ahora familiar– en Venezuela, es la mejor del Continente con 61%. Mientras que la expectativa de mejora de la situación económica general del país es de 60%.

Hay que resaltar que el valor promedio en Latinoamérica de la expectativa de mejora familiar está en 46%, mientras que la expectativa de mejora económica del país en América Latina, el promedio, es de 31%. En Venezuela es de 60%, según Latinobarómetro 2007.

Al ser preguntados sobre cuán justa es la distribución de la riqueza en su país, el 55% de los ciudadanos venezolanos opina que actualmente es justa. Mientras que el promedio latinoamericano se ubica en 21%, destacando que Venezuela es el único país latinoamericano que supera el 50% en esta apreciación popular.

Aquí viene otra variable importante –cada una de estas tiene un impacto en distintos ámbitos–, pero ésta llama la atención porque tiene que ver con algo medular del proyecto socialista.

Con respecto al desempeño del Estado y de las políticas públicas, el 67% de los venezolanos y venezolanas piensa que el Estado puede resolver todos sus problemas; por el contrario, el promedio de América Latina indica que sólo el 38% piensa eso de sus respectivos Estados.

Como ejemplo del grado de complacencia de los venezolanos con las políticas públicas desarrolladas por nuestro Gobierno, el promedio latinoamericano de satisfacción popular con respecto al acceso a la educación básica es de 55%, a nivel latinoamericano. En Venezuela es del 74%, siendo el segundo país del Continente después de Costa Rica.

En fin, algunos indicadores, como puede comprobarse, –no quise incluir aquí lo que tiene que ver con el Presidente, por razones obvias, de modestia– de satisfacción del pueblo de Venezuela, se encuentran en casi todos los casos entre los primeros puestos de América Latina.

Hay unas cifras que no están aquí, pero que las estoy recordando ahora mismo, que tienen que ver con algo muy importante y que lo señalé anteriormente: el tema de los conflictos. La idea que tiene el pueblo, la opinión pública acerca del grado de conflictividad existente, en Venezuela es uno de los más bajos del Continente. Conflicto, por ejemplo, entre la clase obrera con los patronos. Conflicto entre la Fuerza Armada y el pueblo. Conflicto entre distintos actores. No tengo las cifras, por tanto no voy a estar improvisándolas, pero sí recordé de manera general y sí tengo la certeza de que las cifras están allí.

Es Venezuela, según la percepción popular, uno de los países, comparando con los demás países de América Latina, con más bajo grado de conflictividad y eso es muy importante porque es madurar sobre el conflicto, saber navegar en un mundo que es naturalmente conflictivo. La sociedad humana, por naturaleza, es conflictiva.

Luego del análisis comparativo de la percepción de los venezolanos y venezolanas, presentado a través del estudio realizado por la encuestadora Latinobarómetro, voy a exponer algunos de los datos de la gestión de mi Gobierno, con independencia de que dejo aquí depositada, para conocimiento y evaluación de esta Asamblea, un completo informe sobre el desempeño en 2007 del Gobierno Bolivariano, y lo voy a hacer, en la medida de lo posible, en algunos casos comparando los logros alcanzados en 2007 con la situación de partida, cómo arrancamos en 1999. En muchos casos, lamentablemente, no se consiguen cifras o son poco confiables los datos. Seguimos haciendo un esfuerzo y hay que seguirlo haciendo para mejorar nuestros datos y el manejo de la estadísticas.

Hemos mejorado bastante eso, pero cuando miramos hacia atrás es que prácticamente no existen registros en muchas oficinas, en muchas instituciones, en algunos casos los desaparecieron. Ustedes saben que después de nuestro triunfo, el 6 de diciembre del año 1998, señores Embajadores, quemaron archivos completos, desaparecieron expedientes entre esos días de diciembre y enero, hasta el 2 de febrero que fue nuestra toma de posesión. A mí no me entregaron ni las llaves del despacho; yo tenía en Miraflores como 3 meses cuando me enteré que por allá había un pasillo y una puerta y por allá arriba había un baño y no sé qué más. Dejaron trancadas muchas cosas. Se fueron y no volverán. No volverán. Volverá Capulina, Rintintín y Tintán, como dice Cristóbal en una de sus canciones.

Así que yo siempre insisto en esto de la comparación con el pasado. Para tener mejor idea, Dios escribió el mundo con el lenguaje de las matemáticas, dijo algún filósofo matemático de la antigüedad.

Venezuela a nivel político ha demostrado ser un país con un gran apego al sistema democrático participativo, así lo demuestran los 11 eventos electorales que hemos realizado en los últimos 8 años, donde se han sometido a la decisión del pueblo las propuestas de cambio trascendentales y no sólo la elección del Presidente o Presidenta, gobernadores o gobernadoras, alcaldes o alcaldesas. A diferencia de la vieja democracia representativa que sólo realizó en 40 años 15 eventos electorales, nosotros en 8 años ya llevamos 11, y este año nos estamos preparando ya para el otro.

Me preguntaba algún Presidente amigo por allí: “Chávez, qué año es que no hay elecciones en Venezuela, qué año es; y cuando no hay vienes tú y las inventas”. Me dijo, hablándome del referendo del año pasado. “Cuando no tocan, vienes tú y las inventas”.

Pero eso mide mucho, eso dice mucho. Más allá de la cifra pensemos en profundidad: este es un país que ya se acostumbró a participar, es un pueblo que se acostumbró a participar de muchas maneras, en distintos niveles, en distintas escalas y con distintos resultados, como sabemos, afortunadamente. Distintos resultados, resultados que se respetan, con instituciones serias. Hoy no tengo la menor duda al decirlo: Nuestro Poder Electoral, nuestro sistema electoral es uno de los mejores del mundo, de los mejores del mundo.

Quiero felicitar a la Presidenta de nuestro Consejo Nacional Electoral, porque es muy buena la autocrítica, y la autocrítica debe llevarnos a colocar en la balanza las cosas. A veces nosotros pudiéramos, fíjense bien lo que voy a decir, compañeros, compañeras, sin que esto para nada implique una minimización o un intento de minimizar las fallas, los errores; todo lo contrario, quienes conmigo trabajan muy cerca me sufren.

Yo tuve anoche a Jesse –hasta qué hora, no sé, no sé si tú dormiste algo– con el informe. ¿Por qué? Revisando cifras, que falta esto, y todavía esta mañana le dije: Bueno, vámonos, no hay más tiempo, no hay más tiempo.

Bueno, máxima exigencia debe ser una consigna, buscar siempre la mayor eficiencia en lo que se hace, por más elemental o simple o sencillo que pudiera parecer. Por eso nadie puede pensar que soy yo quien va a hacer algo para minimizar la falla. Lo contrario.

Ahora, a veces las fallas graves que cometemos a diario, los problemas que están presentes a diario, en la cotidianidad, producto de nuestras fallas, algunas son permanentes, otras son recurrentes, a veces pudieran impedirnos ver el bosque de lo que ha pasado aquí en 9 años; a veces alguien pudiera incluso desmotivarse al ver problemas que todavía persisten, al ver fallas recurrentes, como he dicho.

Yo invito a todo verdadero revolucionario, a todo verdadero bolivariano y bolivariana, a que por más problemas que haya o fallas que tengamos, nadie debe desmotivarse. Esta batalla es nuestra y esta historia es nuestra y esta victoria es nuestra, de nuestro pueblo; que estamos haciendo cosas grandes, compañeros y compañeras, por encima de nuestras miserias, por encima de nuestras fallas. Reconozcámonos con humildad, pero con realismo, con espíritu siempre de superación, vistiéndonos de humildad siempre, pero eso no debe para nada limitarnos a declarar que estamos haciendo algo grande en Venezuela, que estamos haciendo historia en Venezuela y desde Venezuela para el mundo.

Precisamente, una de las líneas centrales de la estrategia imperial y de la quinta columna que aquí vive entre nosotros, y especialmente a través de la permanente ofensiva mediática contra nuestro pueblo, contra nosotros mismos, una de sus líneas estratégicas, uno de sus objetivos es desmotivarnos, tratar de desmoralizar nuestras filas y eso es algo elemental en la guerra, elemental.

Recuerdo cuando andábamos buscando a Alí Rodríguez y su grupo guerrillero. Yo era uno. Como yo dibujo, a mí me ponían a dibujar, no teníamos ni máquina de escribir ni multígrafo en el monte. Entonces decían: Bueno, Subteniente Chávez, usted que dibuja, dibuje aquí esto, más o menos la idea. Volantes, volantes que luego eran lanzados desde helicópteros sobre las zonas guerrilleras. ¿Mensajes dirigidos a qué? A desmoralizar a los guerrilleros, a ponerlos a pelear entre ellos. Aquello era una cosa elemental, elemental dentro de las estrategias de guerra psicológica.

Por eso yo alerto al pueblo venezolano, alerto a los líderes en todos sus niveles y escalones. Aquí no hay cabida ni debe haberla para la desmoralización. Aquí no hay cabida ni debe haberla para la división. ¡Unidad! ¡Unidad! ¡Conciencia! ¡Coraje revolucionario! ¡Coraje para enfrentar lo que haya que enfrentar con optimismo, con alegría, con furor de Patria, con verdadero furor de Patria!

Bolívar, ese Padre nuestro. Bolívar allá en Cartagena, la Heroica, escribió aquel documento maravilloso, el Manifiesto de Cartagena, y una de las ideas que Bolívar maneja allí como causa de la caída de la Primera República, es precisamente aquella de que los soldados bisoños a los primeros tiros y a las primeras derrotas, creen que todo está perdido, creen que todo está perdido o por perderse. Nada está perdido, nada se perderá. No se perderá la Patria en nuestras manos, señores Diputados, señoras Diputadas. No se perderá la Revolución y la esperanza de un pueblo en nuestras manos, no será en estas manos que se va a perder la Quinta República, no será en estas manos que se va a perder la esperanza de un pueblo.

Por eso hacía este comentario de mirar en perspectiva. Ahora –llevo hora y media y me faltan todavía algunas páginas– en el plano de los datos macroeconómicos, pongamos cuidado en este ámbito que es muy importante. En el año 2007 continuamos por la senda del crecimiento económico, iniciada desde hace ya cuatro años en los cuales hemos tenido el mayor crecimiento del Producto Interno Bruto en América Latina. Perdónenme, señores Embajadores de América Latina, si parezco inmodesto. ¿Será que se me ha pegado algo por tanta hermandad con Argentina? (Risas). Un beso Embajadora y un beso para Argentina y a la Presidenta hermana Cristina Kirchner.

Ayer conversé con la Presidenta de Argentina, ella venía siguiendo paso a paso, junto al ex Presidente Kirchner, todo lo que fue el esfuerzo humanitario, lo que ha sido, y estaba muy emocionada en el momento de la liberación y estábamos hablando por teléfono y viendo las imágenes tomadas allá en el Guaviare, en el momento de la liberación, y ella me preguntaba: ¿Quién es esa y quién es ese? Y yo le trataba de explicar: Tal persona es Clara, esta es Consuelo, allá está nuestro Ministro, allá están los guerrilleros, el jefe de los guerrilleros y la patrulla guerrillera y unas guerrilleras. Y qué bonito el beso que se dieron las guerrilleras con Clara, con Consuelo, con Piedad, verdad, un beso de hermanas.

Somos hermanos, somos hermanas. Ojalá. Está escrito en la Biblia, ojalá se cumpla más pronto que tarde, algún día: El hierro de las espadas se convierta en hierro de los arados para sembrar la tierra y para vivir en paz como un solo pueblo hermano.

Vuelvo a las cifras –estas cosas así yo las digo, Embajadora, para que nadie se duerma, a esta hora, 1:30–. Entonces, perdónenme si suena un poco inmodesto, pero es la verdad de las matemáticas, el mayor crecimiento del Producto Interno Bruto en América Latina, en los últimos cuatro años, el promedio de los cuatro años es de 11,8%, uno de los más altos del mundo. El crecimiento económico fue de 18,3% en el 2004, 10,3% en el 2005, 10,3% en el 2006 y el año 2007 de 8,4%.

Debemos recordar que en 1998 el Producto Interno Bruto creció apenas 0,3%; y no tengo aquí, lamentablemente, la serie, las mediciones de los años 80, los años 90, pero nunca en la historia económica venezolana nuestro país había crecido cuatro años consecutivos, a este nivel: 11,8% del Producto Interno Bruto. Y este año todo indica que vamos a continuar por la senda del crecimiento económico.

Por otra parte, para el año 2007 el nivel general de precios anualizado se ubicó en 22,5%; la inflación, todavía muy alta, y he ahí una de las materias donde estamos reprobados, acepto, como cuando uno salía reprobado en matemáticas. Reprobado. Estamos reprobados. Aún la inflación continúa siendo uno de los flagelos económicos más difíciles de erradicar, dado que sus causales tienen raíces estructurales que se originan en costos crecientes, por una parte.

Miren, ayer recibí una llamada del Primer Ministro de Portugal, es un buen amigo, José Sócrates. Me dijo: “Quiero ir a visitarte”. “Cuando quieras”, le dije. En el primer trimestre, Nicolás. Ayer creo que te dije que llamaras a su Canciller para ir acordando las fechas, aquí vive una comunidad portuguesa muy grande, muy grande. Bueno, y Brasil, Brasil es Brasil, pero bueno, sabemos, relaciones históricas con Portugal.

Ahora le preguntaba ayer al Primer Ministro, comentando, –él muy atento y muy contento también por la liberación de Clara y Consuelo– sobre el tema energético, los intercambios entre Portugal y Venezuela. Hay un Grupo de Amistad aquí, y yo les pido que intensifiquemos las relaciones con Portugal y que vayamos preparándonos para darle la más grande de las bienvenidas a este joven Primer Ministro, socialista, portugués, José Sócrates.

Está muy interesado José, tan interesado que en una ocasión, saliendo de Argentina, de Córdoba, aquel día que nos despedíamos en la casa donde creció el “Che” Guevara, con Fidel, íbamos hacia China y pasamos a hacer una escala en Lisboa y él fue al aeropuerto y ahí conversamos una hora, mientras equipaban el avión, y luego de retorno. Pasamos de nuevo hace unos meses por allá por Portugal, firmamos unos convenios con la empresa energética de Portugal.

Bueno, estábamos hablando ayer de la producción de alimentos, uno de nuestros graves problemas. Portugal exporta trigo, por ejemplo. Ahora, ¿qué pasa con el trigo? El incremento del precio del trigo, el incremento del precio de la leche, el incremento del precio de los alimentos, es verdaderamente espantoso, mucho más que el incremento del precio del petróleo. Lo que pasa es que de eso casi no se habla. ¡Claro, porque los grandes medios del capitalismo proyectan lo que les conviene! Además, usted sin gasolina puede vivir, pero sin alimentos no puede vivir. El plan ese, lanzado por el Presidente de los Estados Unidos, ha tenido un impacto terrible en los precios del trigo, del maíz. Este plan totalmente irracional de convertir alimentos en combustible, y muchos otros casos.

Estaba recordando la conversación ayer con el Primer Ministro Sócrates, cuando tocó este punto de la inflación: Costos crecientes, rentabilidad abusiva. Aquí hay una cultura, terrible cultura, un antivalor terrible del capitalista y la rentabilidad, y eso está vivo, con mucha fuerza, en todos los niveles de la sociedad, desde el gran capitalista de los grandes monopolios hasta el bodeguero de la esquina.

Ahora, por ejemplo, con la reconversión hemos lanzado una gran operación que debe ser más severa. En mi criterio, debe ser mucho más dura, mucho más severa contra los especuladores. Yo creo, señores Ministros, señor Vicepresidente, señores Diputados, Diputadas, que ya no basta con cerrar un establecimiento. Bueno, a lo mejor tú lo cierras la primera vez, pero si reincide: ¡Expropiación del establecimiento! Y se pasa a manos del pueblo, independientemente del tamaño de la unidad económica; puede ser la bodega de la esquina o pueden ser las grandes cadenas de distribución de alimentos, de distribución de víveres y utensilios para la vida del común. Pido que miremos eso con mucha atención porque esa es una de las causas de la inflación, además de, por supuesto, las fallas productivas internas, la fragmentación de los mercados que favorecen el acaparamiento y la especulación.

Pero hay que recordar que en estos casi 10 años, 9 más bien, estos 9 años de revolución, la inflación promedio se ubica en 19,6%. ¡Grábense la cifra! El promedio de nueve años es de 19,67% la inflación. Es muy alta. Pero en los dos gobiernos anteriores al nuestro, esta cifra fue superada en más del doble. Concretamente, durante los años 1989 a 1993 la inflación fue en promedio de 45,3%. Y de los años 94 hasta 1998, el promedio fue de 59,4%; incluso hubo un año en el que la inflación pasó de 100 por ciento y, además, hay que decirlo y explicarlo, que en la mayor parte de estos períodos a los que me estoy refiriendo, los salarios mínimos y los salarios de los trabajadores se mantuvieron casi constantes. ¡Casi constantes!

Tenemos una tabla por allí que compara la inflación con el salario mínimo; una tabla de los últimos 20 años. A diferencia de los períodos de gobierno de la Cuarta República, el impacto de la inflación sobre las clases populares se ha compensado con una justa política de aumento del salario mínimo y de redistribución del ingreso.

En 2007, por ejemplo, se fijó el salario mínimo mensual en la cantidad de 614 mil 790 bolívares, beneficiando con ello a 2 millones 58 mil 373 personas del sector público y privado; trabajadores, trabajadoras. En la actualidad el salario mínimo de nuestro país es uno de los mayores de toda la América Latina: 286 dólares mensuales. En 1997 el salario mínimo era de 154 dólares; hoy está, repito, en 286 dólares, sin incluir el cestaticket y otros beneficios que reciben nuestros trabajadores. Casi hemos doblado el salario de los venezolanos en esta última década.

Miren, no tengo aquí la cifra, la encuesta, pero ustedes podrán buscar, seguramente la han leído. Una de las clásicas encuestadoras del sector privado venezolano –no son encuestas del Gobierno– hace poco publicó unos datos. Según esa encuesta, no sé si es Datanálisis, una de ellas, el ingreso, el poder adquisitivo del sector clasificado como E de nuestra población, en estos últimos ocho años se ha incrementado en 400%, señores Embajadores y Embajadoras. Y el sector D, cerca de 300%, un poco más de 200% el incremento del ingreso, la capacidad de consumo. Ah, esa es otra de las causas de la presión inflacionaria.

El Presidente Uribe, por cierto, en una ocasión me llamó y me dijo: “Mire, Presidente, quiero explicarle algo. Voy a tener que limitar las exportaciones de ganado a Venezuela por la zona occidental del Táchira sobre todo”. Le dije: “No se preocupe, nosotros aquí veremos cómo hacemos”. Entonces él me explicaba: “Es que se ha incrementado mucho la exportación, pero no tenemos suficiente producción; aquí en Colombia la inflación también es un fenómeno interrelacionado, no respeta fronteras”. Le dije: “Presidente, haga lo que usted crea conveniente, por favor, no se preocupe”. Esos eran los días aquellos de la luna de miel, que nos llamábamos para explicarnos, incluso, decisiones.

Recuerdo cuando el Presidente Uribe iba a nombrar a su actual Ministro de Defensa, que ha sido muy agresivo contra nosotros, que celebró el golpe de Estado en Bogotá, y es miembro de una de las familias de la más grande oligarquía colombiana. El Presidente Uribe tuvo el gesto de llamarme, cuidando la luna de miel. Lamentablemente, él después la rompió. ¡Él fue! Y me dijo: “Mire, Presidente, quiero que sepa que voy a designar como Ministro de Defensa –antes de anunciarlo al público– a alguien que no ha sido muy amigo suyo, pero quiero que lo sepa. Eso va a cambiar de aquí en adelante, él va a cambiar”. Loro viejo no aprende a hablar, pensé yo. No le dije nada, por supuesto, más bien le agradecí el gesto.

Le dije: “Presidente, por favor, no se moleste, déle un saludo al doctor Santos”, que así se llama el Ministro de Defensa de Colombia, que es un antibolivariano y un antichavista visceral. Él casi nunca fue a las reuniones donde yo estaba porque creo que es una cosa de las vísceras, como que le da… ¿cómo se llama eso? Es un sentimiento como de repulsión, así lo creo. Pero bueno, eran los tiempos aquellos.

Entonces, la inflación. Hemos tenido el cuidado de incrementar el salario mínimo y, además, todo lo que es el ingreso con los beneficios no precisamente monetarios del pueblo –educación, salud, servicios públicos. Hemos bajado el costo y el peso a los sectores populares de muchos servicios públicos, el financiamiento, las tasas de interés, los costos de las viviendas, hemos incrementado los subsidios y los vamos a seguir incrementando.

Por otra parte, la política estatal en relación con el endeudamiento de la República ha consistido en disminuir los pasivos externos que mantiene el Estado, lo cual se evidencia con la cancelación de la deuda con organismos multilaterales como lo son el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. La deuda que existía en 1998 con el Fondo Monetario Internacional y con el Banco Mundial, en el 2007 es igual a cero. No le debemos ni al Banco Mundial ni al Fondo Monetario Internacional, y diría algo más, no sólo es la deuda que había sino las cadenas que había, porque hay que recordar lo que son esas instituciones, son mecanismos de dominación del imperio, sencillamente así, nos hemos liberado. Eso no es poca cosa, y vuelvo a insistir en la necesidad de que reconozcamos y miremos la magnitud de los acontecimientos que han venido ocurriendo en Venezuela, por encima de nuestras fallas y de nuestras miserias.

Por otra parte, el nivel de reservas internacionales al 31 de diciembre de 2007 se ubicó en 34 mil 309 millones de dólares, representando uno de los niveles más altos en la historia de Venezuela. En 1998 las reservas internacionales tan sólo ascendían a 14 mil 849 millones de dólares. Es necesario recordar, en este caso, que en el año 2005 creamos por ley, el Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden), que ha recibido una cantidad superior a 30 mil millones de dólares hasta la fecha. Esto ha permitido el financiamiento de 172 proyectos de impacto nacional en infraestructura, educación, salud, vivienda, agricultura, etcétera.

Hago este comentario porque si no hubiésemos creado el Fondo de Desarrollo Nacional, las reservas internacionales estuviesen en un nivel cercano a los 60 mil millones de dólares, y esto es algo novedoso, verdaderamente revolucionario, que nosotros hayamos diseñado, como está señalado en la Ley, un tope de reservas, un nivel óptimo. En el año 2007, entre el Banco Central y el Gobierno Nacional, lo fijamos en 31 mil millones de dólares. Yo considero que todavía está muy alto, siempre lo he dicho, pero respeto, sobre todo, los criterios del Banco Central. El del Gobierno es que ése es un tope todavía muy alto.

Hace unos meses vino por aquí Joseph Stiglitz y hablábamos sobre ese tema y me obsequió el más reciente de sus libros, donde precisamente él toca, entre otros, ese tema, el sistema de reservas globales en el mundo, y hace sugerencias para mejorarlo en función de los intereses de nuestros países.

Fíjense, señores Embajadores y Embajadoras, y esto se lo digo a los Presidentes en las reuniones, sobre todo cuando son a puerta cerrada, y me llevo documentos en varios idiomas y los reparto, y les digo con modestia: “A lo mejor les puede servir de algo esto”. Dice Stiglitz en ese libro que Estados Unidos recibe diariamente de nosotros, los países del sur, como parte de una ayuda será, una ayuda económica, una asistencia que le damos nosotros los pobres del mundo a los Estados Unidos, dos mil millones de dólares diarios. Es la transferencia de recursos del mundo del sur a los Estados Unidos. Estamos sosteniendo la economía imperial.

Bueno, ya Venezuela no sostiene nada a Estados Unidos. Nosotros ya no hacemos esas transferencias, tenemos comercio con Estados Unidos, seguiremos teniéndolo, pero ése no es el caso, se trata del flujo de las reservas, de los depósitos de las reservas. Nosotros hemos creado ese sistema, un tope de reservas, y todo lo que esté por encima, al final del año pasa al Fondo de Desarrollo Nacional. Este año esa transferencia debe estar cerca a unos 2 mil millones de dólares. Pero la transferencia ha sido entre reservas internacionales e ingresos de PDVSA, ya el Fonden ha recibido un financiamiento por encima –como dije– de 30 mil millones de dólares.

Ahora, dice Stiglitz que uno de los principales objetivos de las reservas internacionales de un país, lo sabemos, es sustentar o asegurar sus importaciones, el pago de su deuda y que con 3 meses de importaciones aseguradas, dice Joseph Stiglitz, un país ya tiene reservas suficientes. Bueno, nosotros llegamos a casi un año de importaciones reservadas, valga la redundancia. Por eso, entre otras razones, seguiré insistiendo en que creo que todavía está alto el techo. Pero bien, no importa porque están ahí nuestras reservas, están ahí y está ahí nuestro Fondo Estratégico de Desarrollo.

Pero, en fin, vean ustedes cómo se ha venido fortaleciendo la economía venezolana, cómo nos hemos liberado del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial y cómo también, modestamente, hemos venido ayudando a otros países hermanos a aliviar ese peso terrible del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial y de otras instituciones. El nivel de reservas al 31 de diciembre de 2007 se ubicó en 34 mil 309 millones de dólares.

Para este año, además, tenemos un dato de una enorme relevancia histórica: el desempleo. El menor registro que hayamos obtenido en toda la historia venezolana desde que éstos se toman. El desempleo bajó hasta una tasa de 6,3 por ciento de la población activa en el mes de noviembre de 2007. Este valor es el menor, el más bajo reportado por el Instituto Nacional de Estadísticas.

Además, se ha revertido la situación que teníamos en el año 1999, donde un 47,6% de los empleados correspondían al sector formal y un 52,4% al sector informal. Ahora se ha invertido esta situación, hoy tenemos un 55,6% de los trabajadores y empleados en el sector formal y un 44,4% en el sector informal.

En estos 9 años, 15 millones de venezolanos han logrado mejor calidad de vida por esa vía del trabajo formal, ya que tienen acceso al sistema de seguridad social y posibilidad de aportar también al sistema económico productivo del país, y en esto es necesario seguir insistiendo.

No podemos descansar en esta materia: el trabajo. Y ese es uno de los valores esenciales del socialismo, darle al trabajo la verdadera dimensión humana, moral, social, política y económica que tiene, por encima de los antivalores del capitalismo. Desde aquí, mi saludo a los trabajadores y trabajadoras de Venezuela y el compromiso del Gobierno Revolucionario con la clase obrera venezolana.

Vamos ahora a hacer algunos comentarios sobre este informe, lo que contiene el informe en materia petrolera que es, como ustedes saben, muy importante para Venezuela, para el Continente y para el mundo. En materia petrolera, las reservas probadas de Venezuela se ubicaron en el año 2007 en 100 mil millones de barriles de petróleo con la incorporación, en los últimos dos años, 2006-2007, de veinte mil nuevos millones de barriles certificados, porque hemos contratado a un conjunto de empresas internacionales para certificar. No andamos diciendo, porque en verdad he oído algunas expresiones en algunas reuniones con alguien, decir: “Allá en mi país hay mucho petróleo”. Y les digo: “Pero, ¿dónde?”. Y ellos dicen: “No, no, me dijeron que había”. Si hay petróleo, hay que buscarlo. Estamos ayudando a muchos países, y ojalá se consiga petróleo en muchos otros países, pero estamos siguiendo un muy riguroso procedimiento para certificar hasta el último barril de reserva venezolana.

Es muy importante, y entendemos que no es sólo para nosotros, sino para el mundo, que tengamos certeza máxima de las reservas que tiene Venezuela. Ya hemos llegado a 100 mil millones en el 2007.

Les voy a dar estos datos para que veamos cómo ha venido evolucionando la magnitud de nuestras reservas petroleras. Nunca hubo en Venezuela un mecanismo de registro de reservas. Sólo el General Medina Angarita cuando hizo la primera ley petrolera en 1943, en aquel gobierno se hizo el primer registro y resultó en 5.752 millones de barriles de petróleo.

Los siguientes datos que hemos conseguido son de 1963, 20 años después, y eran registros de las empresas transnacionales, porque todo eso estaba en manos de ellas. Venezuela tenía de 1963 hasta el año 1985, lapso de 22 años, 29 mil millones de barriles de reserva.

En los años 86 y 87 ya PDVSA tenía registrados 26 mil millones, habían caído de 29 mil a 26 mil millones las reservas probadas. En 1998 recibimos nosotros con 76 mil millones de barriles de reservas probadas. Luego iniciamos el proceso de revisión, certificación, registro, –como ya les he dicho– y de esos 76 mil millones de barriles en que recibimos el registro lo hemos llevado con un gran esfuerzo, a finales del 2007, a 100 mil millones de barriles.

Ya esto nos coloca como una de las grandes potencias petroleras del mundo, y este año no descansaremos porque la meta este año 2008, es la de incrementar 100 mil barriles adicionales para llegar a 200 mil millones de barriles; y para el 2009, la meta será incrementar 113 mil millones para llegar a la gran meta a finales de ese año.

Para finales del 2009 le diremos al mundo: Aquí tenemos, en Venezuela, certificaditos hasta el último barril, 313 mil millones de barriles de petróleo, la más grande reserva de crudo que país alguno tenga en el mundo. Y eso no es sólo para Venezuela, lo estamos haciendo para garantizar suministro energético a muchos países hermanos y pueblos de la Tierra.

Las cifras que tenemos indican que cuando se acabe el petróleo en el mundo, cuatro o cinco países tendremos todavía importantes reservas. Cuando se acabe el petróleo en todo el mundo, según las cifras que tenemos, cifras de la OPEP, cifras muy serias, muy sólidas, esos países seremos, en primer lugar Venezuela, luego Arabia Saudita, Irán y Rusia.

Es posible que Brasil, que acaba de anunciar el descubrimiento de un pozo o de un gran yacimiento. Ojalá Brasil u otros países sigan consiguiendo reservas y a lo mejor somos cinco, Embajador, con Brasil, y que se incrementen las reservas, pero la tendencia es a la disminución de las reservas de petróleo y esa es una de las causas del incremento de los precios.

Hoy en día, país que consiga un yacimiento de 500 millones de barriles hace una fiesta y lo anuncia con bombos y platillos, porque 500 millones de barriles es lo que llaman un yacimiento gigante. Nosotros hemos conseguido en dos años el equivalente a 40 gigantes, 40 yacimientos gigantes, eso nos ubica como una gran potencia petrolera mundial y lo estamos consolidando.

Ahora, hay aquí algunas cifras que quizás están demasiado detalladas, sólo las resumiré de la siguiente manera, porque ya los veo pidiendo agua, yo también, ya son las 2:00 de la tarde y me prometí no alargar más allá de dos horas este Mensaje, y estamos en el límite de las dos horas.

Por lo tanto, dejo para su estudio y para difusión al país, señores Ministros, señor Ministro del Poder Popular para la Comunicación e Información, a quien quiero felicitar, igual que a los Ministros Rodríguez Chacín, Andrés Izarra y Nicolás Maduro.

Nicolás, Andrés Izarra y yo en la retaguardia, pero Andrés Izarra estuvo conmigo todo el día de ayer; Jesse Chacón pendiente de los detalles y Andrés estaba muy, muy emocionado, yo también, pero él, por supuesto, es el presidente de Telesur, y lo que hicimos fue algo, él me lo dijo: Presidente, ojalá nos salga, porque montamos una cámara en un helicóptero y vamos a tratar de tomar imágenes. Estuve muy pendiente de las imágenes del momento del rescate.

Y luego tan pronto el helicóptero aterriza en el Táchira, en Santo Domingo, a los pocos segundos estaban saliendo al aire las imágenes, y con qué calidad además, y, tras la explicación de Andrés, le dije: “Andrés ¿y cómo lo hicieron? Explícame”. Ya un poco más tarde me dijo: “Fue una combinación del sistema, Presidente, ya tenemos un sistema que no tiene nada que envidiarle a CNN; y CNN nos pidió permiso para usar la imagen de Telesur”.

Izarra estaba conmigo y me dice: “Mire, me están llamando de CNN”, porque él trabajó allá, creo que dejó una novia por allá, en otros tiempos, cuando era soltero, hoy está casado, un señor ya casado. ¿Dónde está Andrés por ahí?

¡Ajá, Andrés! Entonces él me dice: “Mire Presidente, CNN me está llamando pidiendo permiso para…”. No lo quiero creer, él estaba muy motivado, emocionado, es la palabra. No lo quiero ni creer, CNN pidiéndonos permiso para usar las imágenes de Telesur. Llegamos a las grandes ligas, le dije, dales permiso, dales permiso, que usen la señal, y fue muy bueno todo, los canales estuvieron transmitiendo, con una gran calidad además, nada que envidiarle a lo mejor del mundo.

Ahí están las imágenes del momento del rescate. Ahí está Germán Sánchez Otero, Embajador cubano.

Me preguntaba alguien por teléfono ¿Y esos son soldados? No, esos son guerrilleros. Bueno sí, son soldados, un guerrillero es un soldado, sólo que es subversivo. Es un soldado subversivo.

Y las compañeras, en sus comentarios decían: “Ese es un ejército”. Alguna de ellas, incluso, dijo: “Son invulnerables”.

Anoche estaba CNN transmitiendo y detallando lo del síndrome de Estocolmo y no sé qué más, tratando de desmeritar todo eso. Fíjense ustedes lo que es el imperio. Y aquí también algunos canales.

No es ningún síndrome; es la realidad. Ese es un ejército. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia son un ejército. Yo no voy a calificarlos, son un ejército. Vean ustedes sus uniformes.

Ellos tenían casi un mes caminando con ellas dos, ayer lo confirmaron, y ellas afirman que el 30 y el 31 de diciembre los bombardearon en la zona por donde venían, y ese comandante –se referían a un oficial que estaba ahí, con quien conversé tal vez un minuto por el teléfono– el comandante guerrillero, que tiene libertad de acción, porque un comandante a esos niveles tiene libertad de acción, por supuesto para cuidar la vida de sus hombres, de su gente, sus mujeres, y cuentan ellas que reunió la patrulla y a ellas, y les dice: “no podemos continuar; se pone en riesgo la misión. Vamos a comunicar que detenemos la operación”. Estaban bombardeando.

Después salió el invento aquel de todo lo que se decía del niño. Bueno, menos mal. Yo lo primero que dije aquel 31 en la tarde fue: ¡ojalá sea verdad! Una preocupación menos, porque uno se imaginaba un niño en la selva caminando, un niño de 3 años. No, el niño está ya sano y salvo. Lo que no es cierto es que tenga signos de tortura. Eso no es cierto y el Presidente Uribe debería aclarárselo al mundo porque él lo dijo: que tenía señales de tortura, de quemaduras. Un niño.

Ahí es donde un Presidente no puede dejarse embasurar por sus asesores, porque estoy seguro que fue que se lo dijeron.

En cambio, hay testimonios de algún militar que se fugó de un campamento guerrillero, estaba allí secuestrado o prisionero, él cuenta que el niño jugaba con los guerrilleros, que lo cargaban, que era un niño como de la guerrilla; ahora, que la guerrilla haya tomado la decisión de sacarlo de la selva, yo creo que fue una justa decisión. Bombardeo, animales, culebras, plagas, enfermedades. Una selva no es para un niño. Sólo Tarzán dicen que vivió en la selva, Tarzán de la Selva.

Bueno, este es Emmanuel y ya no es de la selva, es un niño colombiano. Nuestro Emmanuel.

Para que ustedes vean, señores diputados y diputadas, y nuestro pueblo lo sepa bien, bien, –¿How are you, Fidel?– por cierto que el embajador Germán Sánchez Otero acompañó a la misión humanitaria por solicitud expresa del Presidente Uribe. El Presidente Uribe llamó al Presidente Fidel y Fidel llama pidiendo nuestra opinión, y yo inmediatamente dije: “Por supuesto, es una honra que el pueblo cubano esté representado con su embajador en esta misión”. Fue solicitud expresa del gobierno colombiano. Porque ya empezaron las especulaciones. Anoche estaba viendo a Mario Silva en La Hojilla. Él pasa los videos. Es un excelente trabajo el de Mario, hay que reconocer un trabajo diario, sin descanso. No sé cuándo dormirá Mario Silva y su equipo de La Hojilla? Desnudando con La Hojilla el mensaje adversario.

Entonces anoche estaban unos sesudos analistas internacionales, o ayer todo el día y lo repitieron no sé cuántas veces, haciendo especulaciones sobre unos acuerdos secretos entre Cuba y Venezuela, unas imposiciones de la Cruz Roja, toda una serie de especulaciones, que a veces dan para reírse uno un poco, pero por eso es bueno aclararlo ante el mundo y ante las especulaciones.

Y también es bueno, una de las cosas en la que nosotros tenemos que revisar, rectificar, reimpulsar, siempre lo he dicho, es en el campo comunicacional. Ahí tenemos una falla a las que yo una vez me referí hace varios años, como fallas sísmicas.

Miren, aquí hay actividades que el gobierno hace junto al pueblo, porque este es un gobierno popular, eminentemente popular, como dice Bolívar, y cada día señores Ministros, Ministras, señor Vicepresidente, debe serlo más, eminentemente popular. Este es un gobierno popular.

Una de las misiones más hermosas que nuestra revolución ha lanzado, con apoyo de la Revolución Cubana, es una misión clandestina. Yo decía antier que tenemos que hacer un premio especial al clandestinismo, para llamarlo de alguna manera, y hacer un acto y entregarle a alguien un premio, y decirle: “Usted recibe el premio especial por el carácter clandestino que tiene la labor que hace”.

La Misión Barrio Adentro Deportivo, por ejemplo. Son millones de nuestros compatriotas que en los barrios hacen deporte, hasta los ancianos, clubes de abuelos, personas con discapacidades, los niños. Deporte recreativo, sobre todo, también competitivo, interbarrios.

Esa es una actividad permanente en la que hemos invertido millones de dólares. Tenemos más de 5 mil compatriotas cubanos deportistas, muchos de ellos de fama mundial, que están viviendo aquí en los barrios venezolanos. Ahora, eso no lo sabe nadie. Bueno, lo saben en el barrio, pero nosotros no lo sabemos. Para poner un solo ejemplo. El mundo no lo sabe, quiero rendir tributo, por cierto, a los cubanos, cubanas, venezolanos y venezolanas de Barrio Adentro Deportivo, una callada labor de patria.

Igual pasa con estos detalles que requieren además, en este caso petrolero, del cálculo de la matemática. Fíjense, ustedes saben que nosotros –y éste es uno de los grandes acontecimientos del 2007– enterramos la apertura petrolera. Se acabó.

Mecanismo diseñado por la Cuarta República, subordinada a los intereses de los Estados Unidos, para entregar nuestra riqueza petrolera, para entregarla, prácticamente para regalarla o para seguirla regalando. Cosa que venía ocurriendo como desde hace 100 años.

Quiero recordarles que este 2008 se cumplirá un siglo del derrocamiento del Presidente General Cipriano Castro, y la causa fundamental, señores embajadores, fue petróleo, fue la causa más pesada del derrocamiento de Cipriano Castro.

A los tres días del golpe de Estado de aquel diciembre de 1908, llegaron unos barcos de guerra norteamericanos al puerto de La Guaira para apoyar al gobierno de transición que instaló Juan Vicente Gómez. Y ahí comenzó la intervención abierta y directa de Estados Unidos en Venezuela, 1908, y nos convirtieron en colonia petrolera y nos inyectaron todos los antivalores del más feroz y salvaje capitalismo. Borraron buena parte de nuestra memoria histórica, pusieron presidentes, manejaron gobiernos, manejaron congresos a su antojo, medios de comunicación, el sistema económico, bancos centrales, bancos públicos, banca privada.

Vean todo lo que estamos haciendo: Estamos rompiendo las cadenas de 100 años, pero que son más largas, por supuesto. Sólo me refiero a las cadenas que ya preveía el Padre Bolívar cuando lanzó aquella frase: “Cuidado, cuidado con los Estados Unidos –dijo él–, una nación muy grande, muy hostil y capaz de todo”. Así lo dijo Bolívar en 1824, más de un siglo antes de que comenzara a emerger con fuerza y con contundencia en el horizonte mundial el imperio norteamericano.

En fin, hay un conjunto de medidas que venimos tomando en los últimos años dentro de la estrategia a la que hemos llamado “La recuperación de la plena soberanía petrolera”. La tasa de regalía que, ustedes saben, en la Faja del Orinoco era de 1%, la llevamos a 16,6%.

Señores embajadores fíjense ustedes, sólo por esa medida soberana de llevar la tasa de regalía de 1%, uno, nada pues, firmado en el viejo Congreso –me refiero en estas instalaciones– aprobado aquí por el gobierno de turno, aplaudido por la gran prensa como algo maravilloso para el país, apoyado por la gran prensa internacional, los grandes medios y por supuesto por el Gobierno de Estados Unidos, la apertura petrolera y las transnacionales, sólo por haber tomado esa justa medida de haber llevado en octubre de 2004 de 1% a 16,6% la regalía para la explotación en la Faja del Orinoco, la República recaudó entre octubre 2004 y diciembre 2007, es decir, 3 años y un poquito más, la cantidad de 5.278 millones de dólares.

Todo ese recurso se lo llevaban del país, las grandes ganancias de las transnacionales que explotaban a su antojo nuestra Faja Petrolífera del río Orinoco, que ahora está en manos venezolanas, en manos de nuestra empresa y de nuestros trabajadores.

Por el impuesto de extracción, otro impuesto que hemos creado en la Ley de Hidrocarburos de 2006, hemos recaudado entre agosto de 2006 y diciembre de 2007, 4.420 millones de dólares, todo eso se iba en forma de superganancia. La creación del Impuesto de Registro de Exportación, con la ley del 2006, hasta ahora nos ha permitido recaudar 49 millones de dólares, lo mismo con el Impuesto de Superficie, 483 millones de dólares.

En resumen, estas medidas fiscales, de justicia fiscal, le han aportado a la República, hasta ahora, la cifra de 10 mil 230 millones de dólares. Vean ustedes lo que fueron y han sido los mecanismos de explotación de nuestro pueblo, porque mientras aquí las transnacionales se llevaban toda esta ganancia, Venezuela tenía que ir a clamar una miseria de préstamos y créditos al Fondo Monetario Internacional a costa de lo poco que quedaba de soberanía. ¡Todo eso se acabó! Vean ustedes que no es poca cosa lo que estoy diciendo.

No es poca cosa lo que tenemos que hacer. Ustedes saben, sin desespero de ningún tipo, sin desesperarnos, consolidar lo que hemos logrado, revisar, consolidar y reimpulsar con toda la fuerza el proyecto revolucionario. Eso es lo que tenemos que hacer.

A todos los llamo, desde aquí, hoy, a que lo hagamos sin demora, sin perder un segundo desde el Gobierno, desde los gobiernos locales, señores gobernadores, gobiernos regionales, gobiernos locales, desde las instituciones del Estado, el Poder Judicial, la Fiscalía, el Poder Electoral, el Poder Legislativo: ¡Vamos, sin dudas! Consolidemos y sigamos avanzando, rectificando lo que haya que rectificar, sin bajar la guardia un segundo, incrementando, más bien, siempre la moral revolucionaria y la disposición a la victoria, siempre la victoria.

Pero fíjense, repito la frase, que me la he copiado de la Presidenta argentina, aquella frase que ella lanzó en Buenos Aires: “No es poca cosa”. No es poca cosa eso, reconozcámoslo y digámoslo, y digámoslo al pueblo, digámoslo a los jóvenes en las escuelas, a los niños, a los adolescentes, en los barrios, que reconozcamos que no es poca cosa lo que hemos estado haciendo, como no es poca cosa mucho menos lo que seguiremos haciendo. Grandes cosas hemos hecho y grandes cosas seguiremos haciendo.

Bien, las empresas mixtas. La recuperación, esto es importante también decirlo como parte de la gestión 2007, más allá de estas cifras que están aquí consolidadas. El 1º de mayo de 2007 –recordémoslo– allá en el complejo José Antonio Anzoátegui, con la presencia del pueblo, de nuestra Fuerza Armada, a la que quiero reconocer, a los militares venezolanos, que no es poca cosa tener militares patriotas en América Latina.

Tener militares luchando junto al pueblo por una revolución, con una revolución, no es poca cosa tener una Fuerza Armada levantando las banderas del Socialismo Nacional Bolivariano, no es poca cosa.

No es poca cosa lo que hemos venido haciendo, no es poca cosa ese 1º de mayo de 2007 con la presencia del pueblo, de nuestra Fuerza Armada y de los trabajadores y trabajadoras de Petróleos de Venezuela, el Estado Bolivariano restableció, recuperó el control sobre todas las operaciones de la Faja Petrolífera del río Orinoco, donde actualmente estamos produciendo 600 mil barriles diarios de petróleo; pero además fortalece esta acción de nacionalización plena, nuestro futuro como potencia energética mundial al contar la Faja con reservas recuperables de 272 mil millones de barriles de petróleo, las cuales estamos en proceso de certificación, es el reservorio de hidrocarburos más grande del planeta.

En el proceso de nacionalización de la Faja, además del control operacional, se logró que de 11 proyectos de explotación ya existentes, 9 de ellos se transformaran en empresas mixtas, donde el Estado, a través de PDVSA, tiene una participación accionaría promedio del 85%. De ahora en adelante no habrá negocio petrolero en Venezuela donde PDVSA no tenga la mayoría accionaria y el control operacional, eso se llama soberanía.

Hay sólo dos empresas transnacionales norteamericanas a las que no les gustó esto y se fueron, bye, bye, good bye. Y lo que hemos tenido aquí es más bien un aluvión de empresas petroleras de países hermanos, de todo el mundo, desde Buenos Aires hasta Lisboa, desde Quito y La Paz hasta Vietnam, pasando por África. Infinidad de acuerdos y de convenios petroleros, energéticos. Rusia, China. Este año que pasó hemos firmado el más grande convenio que China haya firmado jamás en el mundo, Convenio de Cooperación Energética y un Fondo Estratégico Pesado con la República Popular China. Rusia, Bielorrusia, Malasia y muchos otros países.

La producción de crudo en 2007 alcanzó a 2,3 millones de barriles diarios, seguimos invirtiendo, optimizando nuestras capacidades, siempre en el seno de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, cuya cumbre la hicimos en Arabia Saudita, como ustedes recordarán, a finales del año pasado. Cumbre en la cual me correspondió entregar, después de 7 años, la Presidencia de la Conferencia de Presidentes; y como lo dije allá en Ar Riyad, cuando yo recibí, “El Arañero de Sabaneta”, como algunos sesudos analistas y economistas me han llamado, tratando con eso de ridiculizarme, cuando más bien se los agradezco, porque “El Arañero de Sabaneta” ese soy yo, y lo cargo por dentro con mucho orgullo y forma parte de las raíces más profundas de mi esencia de hombre de un pueblo, “El Arañero de Sabaneta”.

Sí, alguien dijo que “El Arañero de Sabaneta”, Hugo Chávez, sólo había vendido arañas y que no sabía de economía nada, cómo era eso. Como también dijeron que Nicolás Maduro lo que había sido era un chofer de autobús. Entonces ellos creen que con eso nos ofenden, Nicolás. No. No nos ofenden. Es que eso somos, esencia de donde venimos, trabajadores, trabajadoras, desde niños, desde jóvenes, deportistas, estudiosos, eso somos nosotros y ustedes, mujeres hermosas, bolivarianas, revolucionarias.

Pero cuando “El Arañero de Sabaneta” recibió la Presidencia de la OPEP, el precio del barril de petróleo estaba en 10 dólares. “El Arañero”, hecho el pendejo, entregó 7 años después el precio del barril a 100 dólares; “El Arañero”, a punta de arañas.

Bueno, petróleo, petróleo, petróleo, petróleo, terminamos con petróleo. Les dejo los libros a ustedes y estoy seguro que van a estudiar, a revisar, a evaluar, pero en verdad el año 2007 ha sido un gran año para nuestra industria petrolera y nuestros negocios petroleros, aquí y en el mundo entero. Venezuela se perfila como lo que dice nuestro Plan de Desarrollo Nacional, nuestros objetivos de largo plazo, potencia, gran potencia petrolera y energética mundial, uno de los signos de la Venezuela del siglo XXI.

En política social son innumerables los avances, innumerables, hemos continuado avanzando en el año 2007, creando nuevos niveles cada día más altos de inclusión y de justicia social, situación que aquí nunca se había vivido en Venezuela. Nunca. Esta nueva realidad social ha sido sustentada en la prestación eficiente de servicios públicos de calidad, sobre todo la población históricamente excluida, la población pobre y sin recursos. Esta lucha se ha traducido en el combate a la pobreza con medidas activas de política social centradas en las misiones bolivarianas, las cuales, sin embargo, y reconociendo errores, desgaste en algunas de ellas, desviaciones en algunos casos, estamos obligados ahora mismo en este primer mes de enero y en este primer trimestre del año a revisar, a relanzar con más fuerza y con mayor eficiencia las misiones bolivarianas, las misiones revolucionarias.

Venezuela es uno de los países de América Latina que ha incrementado en mayor grado su inversión en salud, en educación y en infraestructura social, sobre todo en los últimos tres años. Este detalle dice mucho y resume mucho para no abundar aquí.

El Índice de Desarrollo Humano, eso lo mide Naciones Unidas, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, el PNUD. Bueno, ahí están los reportes del PNUD, yo traje sólo esta cifra: en 1998 Venezuela tenía un índice de desarrollo humano, y eso se mide, ustedes saben, sólo quiero recordarlo, entre 0 y 1, ese es el rango, 0 y 1. Venezuela estaba en 0,69 en 1998. En el año 2006, la última medición que tenemos, la curva es impresionante, según esa medición que toma en cuenta un conjunto de variables como educación, alfabetismo, salud, esperanza de vida al nacer…

Hace poco el General Müller dijo que estaba contento porque la esperanza de vida volvió a subir, así que él seguirá fumando, ojalá viva muchos años más. Lo vi en televisión hablando, creo que con Vanessa Davies, sobre ese punto, está muy contento.

Bueno, esperanza de vida, mortalidad infantil que sigue bajando, agua potable, todo eso lo miden: acceso al agua potable, sistemas de aguas servidas, salud, educación, y otras variables como médicos por habitante, que van englobando todo.

Ya nosotros estamos en 0,88 casi en 0,9%, y esto ha ocurrido en nueve años. Siempre le presto mucha atención al PNUD y sus mecanismos de evaluación, me parecen muy serios y además muy orientadores para quienes tenemos que tomar decisiones, hay que reconocer lo bueno pero dentro de lo bueno siempre hay fallas, siempre hay errores, siempre hay sectores que se quedaron rezagados, siempre hay áreas más sensibles, más débiles, entonces siempre estoy midiendo y pidiendo esos informes y que me manden los libros por más gruesos que sean, no sólo el resumen para ponerme a estudiar, a subrayar, a buscar dónde está la verdad o dónde nos acercamos a la verdad, y me decía un alto directivo de Naciones Unidas hace pocos meses, fue en este año, viendo estas cifras que él, un funcionario que tiene muchos años ahí, no recuerda caso de país alguno que haya remontado esa cuesta en tan poco tiempo, de 0,69 a 0,88. Ya estamos en el nivel considerado como de alto desarrollo, lo cual no es para que pensemos que llegamos a la meta. No, estos son sólo indicadores que nos permiten, bueno, motivarnos, reconocernos, proclamarnos que por más errores que tengamos –y estamos obligados a reconocerlos, a rectificarlos–, estamos obligados a buscarlos, incluso donde no se vean.

Sin embargo, más allá de eso, nosotros vamos por el camino correcto, vamos levantando a nuestro país de la miseria, del atraso, de la dependencia.

Por ahí ya comenzó, y el bombardeo es permanente, permanente, y, bueno, tiene un núcleo de verdad. Ayer yo llamé al Vicepresidente, a varios ministros, para estudiar el tema del pan de trigo. Bueno, pero hay que recordar algo, yo lo venía diciendo hace mucho tiempo ¿producimos nosotros trigo aquí? No, no producimos trigo pero nos introdujeron ese modelo consumista. ¿Y el pan de yuca, y el pan de arroz y el pan de maíz, el casabe, la yuca? Es nuestro pan y además no engorda. El pan de trigo pone gorda a la gente. A mí me gusta el pan de trigo, pero hay que tener cuidado con el pan de trigo y el consumo en exceso del trigo, del pan de trigo, pues.

Ese es consumo de otras sociedades, pero nos indujeron, nos llevaron en esa dirección. Ahora, el precio del trigo. Los cambios climáticos en los países que producen trigo nos van a obligar a revisar nuestros modelos productivos y de consumo, sobre todo los patrones de consumo nuestros para no depender en tamaña magnitud de las importaciones sino de nuestra propia producción.

Bueno, miren la pobreza, quiero pararme en estos datos también porque son los datos estratégicos: la pobreza en Venezuela. En 1998, la pobreza general era de 48,1%, y se redujo en estos nueve años a 33,1%, es una batalla muy dura porque ha sido una pobreza igual, dura, una roca. Ahora, esto significa haber reducido la pobreza de 48,1 a 33,1. Que cuatro millones de personas salieron del estado conocido como pobreza general. La reducción, esa caída, esa reducción es de 31% tomando como referencia o como base la cifra de 48,1 de 1998.

Hemos reducido la pobreza en 31% en estos años y tenemos que arreciar la batalla. Yo hoy, así lo decidí, no quiero hacer anuncios, no, los iremos haciendo, quise concentrarme en estas cifras pero esto es, repito, para reconocernos lo que hemos hecho, y para remotivarnos a dar la batalla más intensa contra estos problemas acumulados y heredados de cien años de soledades, de explotación, de capitalismo, de salvajismo, de dependencia, de atraso.

Pero este año debemos arreciar la batalla contra la pobreza, contra la miseria. Miren, ahí estaba viendo unas cifras antier, suministradas por el Consejo de Derechos del Niño, ahora ha cambiado la ley pero esa es una institución que nació con la revolución. Según los datos estadísticos que existen, en 1998 había en Venezuela, señores embajadores y embajadoras, reconozcámoslo, ahí están los registros, cerca de 10 mil niños en situación de calle, niños y niñas hoy registrados, y miren que ahora los perseguimos en el buen sentido de la palabra, como cuando uno decía voy a perseguir a esta muchacha.

Los perseguimos, ahora tenemos educadores de calle, que andan en la calle detrás de los niños, porque no es fácil. Una vez fracasé recogiendo niños, me metí a recolector de niños, se me fueron toditos, no me quedó ni uno, se me alzaron, en Miraflores se me alzaron. Chávez, tú nos tienes es presos aquí –y era verdad–, tenemos derechos, somos niños libres, no nos tengas aquí presos. Los mandé para una institución, bueno, adecuada para ellos, allá los tuve, fue un día nada más, pero en un día estaban alzados ya, porque ellos viven en la calle pues, vivían en la calle, son como pajaritos, como dice Víctor Hugo en ese monumento que es Los Miserables, cuando habla del niño de la calle: “Quién es su madre?” Alguien pregunta: ¿De este pequeño? París es su madre. La ciudad es la mamá, es el hijo enano, dice Víctor Hugo, de una giganta. El hijo enano de una giganta.

Bueno, según esos datos, en este momento en Venezuela, registrados tenemos cerca de unos dos mil y tantos, no tengo la cifra a la mano, pero la reducción ha sido grandísima, grandísima, lo mismo que los nómadas, así llamados, ellos asumieron ese nombre, los nómadas. Todavía quedan nómadas por aquí, por allá, bajo un puente, algunos se resisten y es natural que se resistan, pero tenemos miles de ellos ahora trabajando, labrando la tierra, estudiando, algunos se han casado, tuvieron un niño por allá, una pareja, la Misión Negra Hipólita, y seguiremos batallando contra esa dura miseria, pobreza, heredada de tantos años de olvido.

La pobreza. La pobreza extrema en el año 98 estaba en el 20,3% de la población, 20,3%. En 2007 llegó a 9,4%, y eso tiene que terminar en cero; eso tiene que llegar a cero ¡A cero, tenemos que llegar! Pero ya rompimos el llamado piso del 10%, como lo rompimos también en el desempleo; como lo romperemos también en la inflación para buscar un dígito. Es decir, esa disminución de 20,3% a 9,4% en la pobreza extrema, implica que 3 millones de venezolanos y venezolanas salieron de esa situación de pobreza extrema, Cristóbal. Muchos de ellos allá en Apure, en Mantecal, Barranco Yopal.

Ahora, uno puede especular con la matemática; especular con seriedad. Vamos a hacer una especulación matemática. Quise hacerla, y lo digo de esta manera: en el supuesto de que hubiese continuado en Venezuela el modelo puntofijista y la pobreza general vamos a suponer que no se hubiese incrementado, que se hubiese mantenido en el mismo porcentaje, señores Embajadores, hoy, en ese supuesto, la pobreza general y extrema, las dos, hubiesen alcanzado ya niveles insólitos, verdaderamente insólitos, pues el 48,1% de pobreza general significaría hoy que en ese estado vivirían 13 millones de venezolanos. Es decir, casi la mitad, pues, 48%. ¡13 millones! Y en pobreza extrema 20,3%, serían 5 millones de venezolanos viviendo en esas condiciones. Si no se hubiese incrementado, cosa difícil de imaginarse, pero vamos a imaginárnoslo para darle ventaja al corredor, como se dice en buen beisbol.

Ahora les digo una cosa: Nosotros, que vimos aquí el Caracazo; nosotros, que vimos 100 caracazos o no sé cuántas explosiones de menor intensidad; 4 de febrero; 27 de noviembre; persecución contra un pueblo; asesinato de estudiantes; persecución contra líderes sociales y políticos; verdaderas razzias de los cuerpos policiales, y vimos todo aquel horror de los últimos años de la Cuarta República.

Miren, con esta cifra –no quisiéramos ni imaginarnos– hubiesen explotado en estos 9 años, 10, 20, 30 caracazos, 100 caracazos. Estuviéramos ya en una guerra civil en Venezuela. No es poca cosa lo que hemos evitado nosotros ¡No es poca cosa el camino que hemos iniciado a la salvación de la Patria, a la siembra de una Patria verdadera y en paz!

Me informan algunas fuentes de inteligencia y cuerpos de inteligencia, que a pesar de todo lo que aquí ocurrió en el 2007, lo cual debería motivar a sectores de oposición a definitivamente cancelar la vía de la violencia, sin embargo hay algunos, según me informan, y tengo informaciones de que están preparando de nuevo guarimbas y escenarios violentos. Les recomiendo, como siempre lo he hecho, que no lo hagan y a aquellos sectores que más nos adversan que piensen y vean bien lo que aquí ha venido ocurriendo y que retomen de verdad el camino de la Constitución, de esa que ahora, por fin, después de 8 o 9 años salieron a defender. ¡Qué bueno! Salieron a defender nuestra Constitución los que nunca quisieron reconocerla.

Pero háganlo de verdad. Vamos a defenderla todos; vamos a respetarla todos, a quererla, a conocerla. Algunos ni la han leído, estoy seguro, de quienes la han adversado ¡Vamos! Y espero que se olviden definitivamente de esos caminos. Y ojalá los voceros de la llamada sociedad civil y de las instituciones tradicionales reflexionen como nosotros lo estamos haciendo. Créanme que yo no descansé en diciembre; yo recibí el año con los familiares de Emmanuel, pendiente de la Operación y esperando a Nicolás y a Ramón que venían. Y el 1º de enero estábamos –yo amanecí ese día ahí escribiendo, leyendo, reflexionando y no hemos parado ni un día– reflexionando, tomando decisiones, revisando, reimpulsando.

Ahora, ojalá todos los sectores de nuestro país también, a su medida, a su manera, reflexionen. Recuerdo que el señor Cardenal vino una vez a un mensaje mío. Se sentó por aquí. No volvió; no ha vuelto. No aguantó mucho. Yo le dije: Tenga paciencia. ¿Está aquí? No, no está. El señor Nuncio sí está aquí. La Iglesia debe reflexionar. Ustedes tienen allá en la Nunciatura a un delincuente. Un delincuente, señor Nuncio. Allá lo tienen protegido. ¡Un delincuente! ¡La Iglesia Católica! ¡Reflexionen! Entréguenle ese delincuente a los tribunales, a las leyes venezolanas, en vez de estar haciendo ridículos actos de graduación allá y no sé cuántas cosas. ¡Qué mal queda parada nuestra Iglesia al permitir shows como ese! ¡Reflexionen, señores! Aquí todos somos humanos; aquí se acabó aquello de que hay enviados de Dios en la Tierra. No. ¡La voz del pueblo es la voz de Dios en la Tierra! ¡Ese es el Dios verdadero! ¡El pueblo!

Esa es la voz de Dios, nuestro pueblo, y la imagen del Cristo crucificado y resucitado, Comandante de todos los comandantes en la lucha por la justicia social y por los pobres de la Tierra. Bienaventurados los pobres porque de ellos será el Reino de los Cielos aquí en la Tierra. No en unos cielos, el cielo es aquí, no es allá; el infierno es aquí, no es allá abajo. Todo eso es mentira.

Juan Pablo II lo dijo con gran valentía poco antes de morir. Nadie se imagine un cielo más allá de las nubes con una estructura física como nos dijeron. Mucha gente vivió engañada toda la vida, de que el cielo existe allá. Ya lo hubieran visto los astrónomos con unos telescopios que han visto no sé cuántos asteroides. No, no hay cielo más allá. Es aquí o en ninguna parte el Reino de Cristo: la igualdad, el socialismo, pues; el capitalismo es el reino de Satanás, el capitalismo es el reino de la injusticia, es el reino de Judas Iscariote que vendió al Maestro por unas monedas. Ese es el capitalismo. El socialismo es el reino de Jesús; el reino de la hermandad, del amor entre nosotros. Esa es la verdad en la que creemos. Cada día amo más a Cristo, Mi Señor revolucionario y socialista. El verdadero Cristo, Cristo el verdadero.

Por eso les digo, diputadas, diputados, señoras, señores, no es poca cosa lo que hemos venido haciendo. Si estos indicadores hubiesen seguido iguales aquí estaríamos ya en una verdadera guerra civil.

Ahora, yo decía que, según algunas informaciones, hay algunos sectores propiciando, planificando, hechos de violencia. Yo les recomiendo que no lo hagan. Ahora, si lo hacen, nosotros actuaremos por supuesto y siempre actuaremos, como siempre lo hemos hecho, en el marco de la Constitución y la ley, y lo haremos con conciencia y con humanismo.

El 31 de diciembre, mientras esperábamos por el éxito de la Operación Emmanuel, no fue posible aquel día, estaba yo al mismo tiempo revisando con detalle, pidiendo opiniones de juristas, pidiendo opiniones, como Jefe de Estado, a otros entes del Estado nacional, acerca de lo que yo creo que era necesario: la Ley de Amnistía.

Por ejemplo, en la lista que vi hubo un grupo de personas que allanó, que prácticamente invadieron la residencia de Iris Varela. Iris, yo los he amnistiado, y estoy seguro que ella no se siente para nada ofendida, porque la conozco. Como sé que la gran mayoría de nuestro pueblo apoya la Ley de Amnistía. Ahora, qué quieren, ¿que amnistiemos a delincuentes y asesinos? No. Esos no pueden ser amnistiados.

Por eso hablaba del Cardenal, uno se preocupa, el Cardenal parece que no reflexionó en el Año Nuevo ni en Navidad. Él no conoce, él no sabe lo que está diciendo, estoy seguro que no lo sabe, Su Excelencia. El Cardenal ha dicho una cosa horrible. Diciéndome que debo amnistiar también a unos señores, yo no puedo pronunciarme sobre su culpabilidad, no me corresponde a mí, pero he revisado todos los expedientes y he pedido opiniones al Máximo Tribunal de Justicia, he pedido opiniones a la señora Fiscal General de la República, he pedido opiniones y he leído las leyes, yo no puedo, no puedo amnistiar a alguien que esté procesado por delitos contra los derechos humanos, porque entonces yo debería ir preso, debería ser destituido de la Presidencia de la República, por eso el Cardenal no sabe lo que está diciendo, no sabe, no sabe.

Yo le hago un llamado a la reflexión porque da tristeza ver a un Cardenal, así como lo vimos en su momento, aquel triste momento de un Cardenal firmando el acta de un golpe de Estado, mientras a 200 metros estaban masacrando a los hijos de Cristo. Ver ahora al nuevo Cardenal diciéndole al Jefe de Estado, irrespetando la majestad del Jefe de Estado –porque, sí, eso tiene una majestad– sin tener idea de lo que está diciendo, me está pidiendo que yo cometa un delito, señor Cardenal. Si los cardenales cometen delitos, yo trataré toda mi vida de no cometer delito, señor Cardenal, trataré de hacerlo, de no faltar a la ley.

Déle usted un saludo al Cardenal y dígale que reflexione, señor Nuncio. Como usted también y el Vaticano. Usted tiene un delincuente protegido allá, debería entregarlo a las autoridades, a la ley, está perseguido por intento de violación a una mujer venezolana, a una digna mujer venezolana, y por usar armas de fuego y herir con arma de fuego a un policía. Usted debe saberlo. Si no lo sabe, es bueno que lo sepa; y ojalá Su Santidad sea bien informado y no le lleven otras cosas, porque dudo que Su Santidad el Papa vaya a tolerar que en una Nunciatura, que es su Embajada en un país que se respeta como es éste, se refugie un delincuente, lo protejan y además lo gradúen y le hagan fiesta y todo. Una cosa horrible lo que ustedes hicieron ahí, señor Nuncio. Horrible de verdad. Yo por moral nacional debo decirlo para ver si ustedes reflexionan, los altos jerarcas de la Iglesia Católica, porque da pena, están quedando muy mal, muy mal, muy mal, y no dicen nada, sino callados todo el tiempo, callados.

No es poca cosa lo que hemos estado haciendo aquí, superando la pobreza con un sinnúmero de medidas que van desde casas de alimentación, que ya van por 6 mil, donde se atiende diariamente a 900 mil 150 personas que desayunan y almuerzan. Hemos entregado allí 519 millones de comidas, digna alimentación para las personas que van saliendo de la miseria. Alimentación escolar, Barrio Adentro, Negra Hipólita, uniformes escolares, sistema de orquestas, la Red Mercal, que tuvo una caída pero la vamos a repotenciar, y ahora vamos a acompañar a la Red Mercal con otro brazo que he anunciado, muy someramente, Pedeval, Productora y Distribuidora Nacional de Alimentos, y que va a nacer de las estructuras de PDVSA. A PDVSA hay que exigirle mucho y tiene para dar como ha venido dando. Y quiero felicitar al Ministro Ramírez y a todos los trabajadores y trabajadoras de nuestra empresa petrolera.

En materia de consumo de calorías por persona, fíjense sólo en esta cifra, hemos pasado de 2.093 kilo/calorías por persona por día, a 2.635 y 2.670 en el 2007; Sistema Nacional de Salud, Barrio Adentro I, Barrio Adentro II, Barrio Adentro III, Barrio Adentro IV, ahora con los nuevos hospitales que estamos construyendo más o menos con el perfil del Cardiológico Infantil, 135 centros diagnósticos integrales, 123 salas de rehabilitación, 9 centros de alta tecnología. Y la Misión Milagro, a través de la cual llegamos al millón de intervenidos entre Cuba y Venezuela en el año 2007. La esperanza de vida incrementada.

La tasa de mortalidad infantil, fíjense, era de 21,4 por mil en el 98, ya va por 13,8 por mil la última medición del 2007; y hay que romper también el piso del 10 por ciento para luego buscar un dígito y seguir disminuyendo. Hemos salvado de esta manera miles y miles de niños que antes morían sin atención, madres que morían; la mortalidad materna también descendió del 57 al 47 por mil en los últimos 4 años. Todavía estamos lejos de la meta, pero seguiremos disminuyendo todos estos indicadores.

Hemos tenido algunos repuntes de algunas enfermedades como el dengue en este año 2007, hemos iniciado una campaña fuerte contra el dengue; un brote de Mal de Chagas al que no le perdemos la vista, allí en Chacao, y eso nos alerta para insistir, para profundizar todas las medidas sanitarias y las campañas sanitarias en el país; contra la desnutrición infantil.

En materia educativa sigue incrementándose la matrícula escolar. Fíjense este detalle, el año 1997-98 la matrícula fue de 6 millones 26 mil alumnos, es decir 26,4 por ciento de la población nacional. En el año 2006-2007 la matrícula llegó a 11 millones 831 mil 290, casi el doble. La matrícula escolar incluye la educación inicial Simoncito, la primaria, la secundaria, ahora los liceos, las escuelas técnicas, la educación especial y la educación de adultos de la Misión Robinson.

Para el 2007, por ejemplo, la matrícula de los niños en educación inicial, que es importantísima para el ser humano, llegó a casi millón y medio de niños y niñas atendidos en lo pedagógico, en lo que tiene que ver con la salud, la nutrición, la recreación, el deporte, etcétera.

En cambio, en el año escolar 97-98 la matricula de educación inicial apenas llegaba a 760 mil niños y niñas. Repito la última cifra del 2007: un millón 425 mil; más del doble en apenas nueve años y hay que tomar en cuenta que la población no se duplicó en nueve años; obviamente, es un salto vertiginoso de inclusión, vuelvo a repetir la frase, no es poca cosa lo que hemos venido haciendo, aun con nuestros errores.

La educación básica en el 2007 llegó a seis millones y medio de alumnos en la primaria, mientras en el 98 era apenas de un poco más de cuatro millones de estudiantes. La educación media pasó de 388 mil 900 en el año 98 a un millón 712 mil 254 estudiantes de educación secundaria.

En educación superior en el año 1998 habían 668 mil 800 estudiantes, hoy hemos llegado a un millón 700 mil estudiantes de educación superior y más allá las Misiones Robinson I, Robinson II, Ribas, Sucre, que seguiremos potenciando.

En infraestructura no voy a detenerme, pero ustedes saben todo lo que hemos avanzado en el año 2007 en el sistema ferroviario, en los sistemas de Metro de Caracas, de Valencia, de Maracaibo, carreteras, autopistas, infraestructuras.

Algo muy importante que ocurrió en el 2007, dentro del marco de la Ley Habilitante: la nacionalización de la CANTV. Renacionalización de la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela, la hemos recuperado, hicimos una operación muy buena, muy oportuna y fíjense que en apenas un año, menos de un año, ocho meses exactamente, y ahora hemos puesto ahí a una eminente mujer revolucionaria de una gran capacidad, ahora Ministra de Telecomunicaciones, Socorro Hernández, la felicito a ella y a su equipo por los logros y el avance demostrando que el Estado sí puede y debe, además, no sólo puede, debe asumir la conducción de empresas estratégicas.

En apenas los 8 meses del año 2007 se incrementó el servicio en más de 400 mil nuevas líneas fijas, más de 400 mil líneas fijas. Eso estaba prácticamente estacionado porque la rentabilidad, bueno, en el capitalismo hay que buscar es el celular y si es prepago mucho mejor, te sacan un ojo por un celular.

Venezuela es uno de los países del mundo que tiene mayor cantidad de teléfonos celulares per cápita, una de las razones es que la CANTV privatizada había prácticamente llevado a cero la instalación o la expansión de los sistemas de telefonía fija. Más de un millón de nuevas líneas móviles en este tiempo, en estos diez meses, y más 195 mil nuevos suscriptores de Internet de banda ancha.

Redujimos la tarifa móvil en 20%, 50% de reducción a la tarifa de conexión a Internet y 20% de reducción de la tarifa fija a móvil, lo que se paga por llamar de un teléfono fijo a un celular. Canceló la nueva CANTV la deuda acumulada desde 1993 al ciento por ciento de los pensionados y al 90 por ciento de los jubilados.

Toda esa deuda cancelada fue por un monto de 362 mil millones de bolívares. Y algo muy bueno, que no me pidieron ni un centavo a mí. Como tiene que ser una empresa del Estado, eficiente en la prestación del servicio social estratégico para el desarrollo nacional, desarrollo humano y en su rentabilidad mínima, no capitalista, socialista y en el reconocimiento a los derechos de sus trabajadores y los derechos del pueblo.

Ahora lo que sí tiene es que darme la CANTV para mi colchón, ese que tengo por ahí para uso social. Un billón de bolívares en utilidades logró generar la empresa, una utilidad de 1.3 billones de bolívares, ahora millardos con el bolívar fuerte, lo cual superó las expectativas de retorno que habían sido presupuestadas por el sector privado que la manejaba.

Todo eso se iba del país, no es poca cosa lo que hemos hecho al nacionalizar nuestra Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela.

Este año hicimos ajustes en el Gobierno, en las instituciones, en algunas leyes, los motores, hemos estado revisando todo eso, ya ustedes me oyeron decirlo en el Aló Presidente pasado número 299. Pasado mañana domingo estaremos en el Aló Presidente número 300 desde el estado Guárico, donde vamos a inaugurar un sistema de riego, y estos son pasos muy importantes, porque una de las preguntas que tenemos que hacernos es: ¿Por qué seguimos importando tantos alimentos? Eso tiene su respuesta.

Aquí no había infraestructura productiva, estaba destrozada, hemos venido recuperándola y a veces eso cuesta varios años. Cuántos años nos costó recuperar el sistema de la gran represa del Guárico, eso estaba más bien clausurado, eso fueron años, varios años nos llevó reiniciar, primero, porque eso lo comenzaron hace como 25 años y estaba detenido el sistema El Diluvio¬-Palmar. Vayan para que lo vean allá en el estado Zulia, un gran canal, eso es un río, cinco metros de profundidad. Trayendo el agua de arriba, de Perijá, la montaña, hasta la gran planicie de Maracaibo, tierra muy buena, pero muy seca y el agua que sale de allá abajo es salobre, pero allí hay cientos de miles de hectáreas para producir ganado de carne, leche, no sé cuánta diversidad de productos agrícolas y eso está casi todo ocioso, no tenían agua y el agua hay que traerla, y esos son años.

Este año próximo debemos terminar la primera fase, al fin, del sistema de riego que trae agua de los Andes hasta el valle de Quibor, Yacambú-Quíbor. Eso también tenía graves problemas, lo retomamos, pero son años, pasa un año, dos años, tres años.

Vamos a inaugurar el domingo en Guárico el sistema de riego Tiznados para regar cuatro mil hectáreas en la primera etapa. Hemos comenzado el año con fuerza, revisando lo de los cinco motores, el primero se fundió, la reforma se fundió y hay que guardarlo en el cuarto de los cachivaches. ¿No?

Ya veremos qué pasa, hay que anillarlo, hay que rectificarlo. ¿Oíste la palabra? Rectificarlo, que también lo usan los mecánicos. Habrá que rectificar ese motor y relanzarlo en momento más oportuno, en momento más adecuado.

Vi a Aristóbulo, que estaba en Dando y Dando, diciendo cosas muy interesantes, y una de las cosas que dijo, en la que no estaba de acuerdo conmigo, es que yo me he echado toda la responsabilidad por la derrota del 2 de diciembre.

En verdad no es que yo me eché toda la responsabilidad, sólo que yo reconozco un error estratégico. Lo reconozco. Yo pensé en lo que llamamos en Ciencia Militar, y lo político es parecido, la explotación del éxito, es decir, ganamos con 63% en diciembre de 2006. Entonces, después de pensar, de reflexionar, además venía ya con la intención, eso no fue improvisado, yo lo había dicho en la campaña electoral: habrá que hacer una reforma en la Constitución, y entonces continuamos el ataque, como cuando se tiene éxito en conquistar una colina y tú lanzas de una vez la misma fuerza, la reimpulsas a conquistar una colina más alta.

Bueno, me equivoqué, conquistamos una colina, pero no era el momento, y yo estoy absolutamente seguro de lo que estoy diciendo. Me equivoqué. No era el momento de lanzar ese nuevo ataque, esa nueva ofensiva. Había que esperar, y había que consolidar la colina conquistada, había que lanzar gestión de gobierno, relanzar, buscar más eficiencia, fortalecer primero el partido, la unidad, el Polo Patriótico. ¿Se dan cuenta? Yo me equivoqué, yo acepto el error, y todos los demás son consecuencia de éste, todos los demás son consecuencia de éste, que si la mala gestión de gobiernos locales, de gobiernos regionales.

Pero quién puede decirme que para las elecciones del 2006 en relación con el 2007, hubo alguna diferencia abismal en cuanto a la eficiencia del Gobierno. Que si faltaba la leche porque la acapararon y porque el consumo se incrementó, es cierto, pero ese pueblo nuestro es un pueblo consciente. Ese pueblo nuestro ya pasó por los hornos de la desestabilización de 2002, de 2003, de 2004 y cuando ese pueblo votó por Chávez el 15 de agosto de 2004, igual estaba pasando por situación mucho más difícil que la que hoy está pasando.

Por eso todos los demás errores en los distintos niveles tienen un error madre y ese error lo cometió Hugo Chávez, no lo cometió más nadie. Yo lo asumo. Y si ese error vale para nosotros que yo tenga que entregar el gobierno el 2 de febrero de 2013, bueno, váyanse preparando para ver quién me va a suceder aquí en este lugar de liderazgo para capitanear esta nave.

En todo caso no me iré, a lo mejor me reincorporo al Ejército, soy Teniente Coronel y comando un batallón, o a lo mejor me voy a sembrar maíz en las sabanas. No sé, no sé, pero en todo caso aquí lo más importante es que lo que va a ocurrir lo decidirá el pueblo, no será Chávez ni será la Asamblea Nacional, el pueblo venezolano será el que decida.

Algunos sectores de oposición andan diciendo que como ya me derrotaron. Bien, sólo que yo les recomiendo que evalúen bien qué fue lo que pasó, y no canten victoria. Sí, está bien, me derrotaron, entonces hay que ir ahora rápido a sacar a Chávez con un empujoncito. No se equivoquen, compadres, no se equivoquen. No, que ahora lo que falta es un empujoncito, que ya Chávez está caído. Bueno, ojalá no se equivoquen. Y algunos dicen, quizás con más racionalidad política, que no hay que caer en aventuras, que hay que esperar 2 años más porque Chávez seguirá desgastándose y vendrá el referendo revocatorio o la posibilidad del revocatorio dentro de 2 años; es decir, en el 2010. Ahí la posibilidad se abre. Nuestra Constitución es maravillosa, todo eso está previsto aquí, se abre la posibilidad de un referendo revocatorio. Están en su derecho.

Incluso me adelantaría en lo siguiente, fíjense lo que yo estoy pensando, voy a pensarlo en voz alta. Yo me atrevo a invitarlos a ustedes desde ahora mismo, los invito a que nos juguemos a Rosalinda, es decir, estamos en enero de 2008, Escarrá, 2 años. Yo como tengo potestad de convocar referendo, si la oposición no lo convoca, hasta yo pudiera convocarlo, un referendo revocatorio contra mí mismo. Pero dos preguntas haría yo: Una: ¿Está usted de acuerdo en que Hugo Chávez siga siendo Presidente de Venezuela. ¿Sí o no?

Segunda pregunta con carácter vinculante: ¿Está usted de acuerdo en hacer una pequeña enmienda en la Constitución Bolivariana para permitir la reelección indefinida? Por ejemplo. Una curvita.

Y si no pido yo el referendo, lo pueden convocar ustedes, o el pueblo recogiendo firmas, pero yo lo haría de esa manera. Yo me jugaría a Rosalinda, me gusta el reto, y además adelanto lo siguiente, porque cuando hubo el referendo revocatorio del 2004 surgió aquel debate de que si yo era revocado podía o no podía lanzarme de nuevo a las elecciones que habría que organizar en los meses siguientes, y estaba la duda. Ante la duda, si es que persiste, lo digo de una vez, si es que fuera revocado en ese supuesto referendo revocatorio, me desaparecería, ni me presentaría de candidato a esa elección que habría que hacer. Ya vería qué hacer, pero no me presentaría en todo caso.

Digo para que vayamos pensando y llamo al pueblo y al gobierno en todos los niveles, en todos los niveles. No me considero imprescindible, pero sí creo que necesitamos, ustedes, el pueblo y yo, que si Dios así lo quiere y me da vida y salud, me mantenga unos años más al frente del timón revolucionario. Yo lo creo necesario, lo creo necesario con todas las fallas que pueda tener y con todas las fallas que podamos tener.

A nivel internacional hemos avanzado en estos años como nunca antes en nuestra historia. Señores Embajadores y Embajadoras, el sitial, modesto pero digno, que hoy ocupa Venezuela en el mundo, nunca antes nuestro país lo había ocupado, respetado, reconocido, estimado por el mundo entero.

A pesar de las agresiones contra nosotros, a pesar de las permanentes agresiones desde las bases del imperio norteamericano, a pesar de la infinita capacidad de elaboración de mentiras, de infamias contra nosotros como país, contra nuestras instituciones y contra mí en lo personal; sin embargo, ahí está un mundo que nos respeta, que nos reconoce, mundo al cual quiero saludar con respeto y con afecto, señores Embajadores, señoras Embajadoras.

Bien, lo del referendo del 2 de diciembre fue, sin duda, una victoria para nuestro sistema político. Una victoria desde muchos puntos de vista. Sistema político –el nuestro– durante muchos años cuestionado por la oposición, de manera irresponsable, contradiciendo incluso la validación del mismo, realizada por organismos internacionales, cuya presencia en los procesos electorales la misma oposición había solicitado.

Creo yo que a partir del 2 de diciembre de 2007 nadie podrá cuestionar, ni en Venezuela ni en el exterior, la independencia, la imparcialidad del Consejo Nacional Electoral y del sistema electoral venezolano.

Así que ha sido una gran victoria de nuestra Constitución Bolivariana, aceptada, defendida por todos, Gobierno y oposición, victoria del Gobierno, de nuestro Gobierno. Miren, la contundencia y el impacto internacional en torno al reconocimiento que el Gobierno a través de mi persona hizo y el pueblo de la victoria del No en el referendo del 2 de diciembre, tuvo tanto impacto que los laboratorios de guerra psicológicas imperiales y sus lacayos no tardaron pero ni un día en elaborar un conjunto de tesis para tratar de minimizar el impacto mundial, porque dicen que yo soy un tirano.

¿Cuál es ese tirano que a pesar de que la diferencia fue mínima, minúscula, que dominando todos los poderes y dominando a los militares, etcétera, y que tiene coartada la libertad de expresión y todo ese cuento, sale a la una y media de la madrugada, con una diferencia que había que verla con microscopio, a decir: Está bien, ustedes ganaron, y llamando a la paz y a la calma? No hay tirano en la historia que haga eso.

Entonces comenzaron a diseñar aquella infamia de que yo andaba encolerizado, con la cara roja de cólera, tumbando cortinas y que había hasta un video, y que llegó el Alto Mando Militar y entonces me emplazaron y bajo amenaza de desconocer mis órdenes, entonces yo bajé la guardia y tuve que reconocer obligado por el Alto Mando Militar.

Y bueno, le salimos al paso inmediatamente a esto, sólo con sentido de la ética, la responsabilidad. Yo en estos días, ese día de los juegos de voleibol de nuestros muchachos y muchachas allá en Argentina, en Perú, en verdad viví unas horas de indescriptible emoción juvenil, el niño aquel que pitcheaba, que corría, el jovencito aquel, Tribilín, renació.

Estoy seguro que como todos ustedes, yo no me perdí un segundo ni una jugada de aquellos emocionantes e históricos partidos de nuestros muchachos y muchachas, y uno recuerda el deporte.

Yo aprendí a perder desde niño. Yo aprendí a perder, yo aprendí a reconocer a un bateador cuando, bueno, no pude y me sacó la pelota de jonrón. Incluso, a mí me gusta darle la mano al que me gana en buena lid, darle la mano y darle un abrazo. Ah, pero también aprendí a ganar y a ser humilde en la victoria y aspirar a un adversario que reconozca con honor mi victoria, nuestra victoria. Ojalá tengamos nosotros en Venezuela, en el futuro, porque en estos 9 años no hemos podido tenerlos, adversarios que sepan ganar y que sepan perder y que tengan moral y que tengan honor, que sean genuinos representantes del honor nacional. En fin, lo que ocurrió aquí en el 2007, desde el punto de vista político, institucional, político-electoral, fue desde todos los puntos de vista una gran victoria.

Enseñanza para nosotros, fortaleza para nosotros. Nosotros no somos bisoños soldados, todos aquí, desde los más viejos que están canosos algunos ya, hasta los más jóvenes y las más jóvenes, pero aquí estamos fogueados en batalla.

Vengan a nosotros todas las dificultades que puedan venir, que nosotros somos así como nuestro Padre Bolívar lo dijo un día: “Soy el hombre de las dificultades”. Nosotros somos los hombres y las mujeres de las dificultades. Que vengan todas las dificultades que quieran venir o que quieran lanzar sobre nosotros.

Por otra parte, compañeros, compañeras, socialistas somos, socialismo hacemos y socialismo haremos. Creo también que ha sido, me lo decía algún líder socialista internacional, –auténticamente socialista– él me decía: Mira Chávez, hay que leer bien lo que pasó en Venezuela, porque a pesar de todo, todas las campañas que también hicieron mucho daño, producto de nuestras debilidades comunicacionales… y vuelvo a caer en el tema.

Por eso a Izarra le he dicho: Izarra, el mismo nivel de eficiencia de Telesur, vamos a dárselo al Canal 8, a los demás canales del Estado. Vamos a trabajar articuladamente con un sistema con los canales comunales, los canales alternativos; vamos a ser más eficientes, todos, desde el Gobierno, desde el Estado, diciendo la verdad, lo bueno y lo malo, reconociendo todo.

Pero, fíjense, hizo daño ciertamente la estrategia. Fidel Castro, viejo zorro de mar, viejo luchador, viejo y padre revolucionario de todos los revolucionarios de este Continente, escribió en sus reflexiones unos días antes del referendo, él estaba preocupado y así me lo hizo saber, preocupado. Recuerdo una nota que me envió y me dijo: Chávez, es necesario tener mucho cuidado con lo que él llama los reflejos condicionados, a tu pueblo lo fueron condicionando durante mucho tiempo con unos valores, con unas creencias y están trabajando sobre esos valores condicionados, creados, que producen reacciones mucha veces instintivas.

Todo aquello, aquel manejo de la carnicería, de la panadería, de la pequeña granja de cuatro vacas, de cuatro chivos, de la vivienda, todo eso fue una manipulación. Pero más allá de todo eso, lo que hizo algún daño importante, que es parte de esa perversión del capitalismo, es la negación de la propiedad que hace el sistema a las mayorías. Ese es el capitalismo.

La mayoría de nuestro pueblo, de nuestros pueblos, en capitalismo no tienen vivienda propia, no tienen ni siquiera la propiedad personal asegurada, la tienen negada, son excluidos. No son dueños ni siquiera del pequeño espacio donde mal viven las mayorías, las mayorías no tienen esa pequeña propiedad necesaria para una persona, para una familia, porque la propiedad se concentra en pocas manos, lo sabemos, qué voy a contarles yo de eso a ustedes.

Pero nuestro pueblo poco a poco lo tiene que ir percibiendo con mayor claridad y de ahí la importancia de nuestra conciencia, de nuestra acción política, de nuestros sistemas comunicacionales, informativos, de nuestros liderazgos, de nuestra unidad, compatriotas. Eso es otra cosa que quiero decirles, que nadie por razón alguna, sea cual sea, malinterprete el momento entre nuestras filas y empiecen de una vez o empecemos de una vez a lanzarnos cuchillos, a acuchillarnos entre nosotros.

Estoy al tanto, muy al tanto de algunas intenciones, no he querido entrar en eso porque no debo pero le dije a algunos compañeros que si hace falta mi intervención pues yo intervengo. Algunos intentos que hasta ahora se han estrellado y estoy seguro que se seguirán estrellando contra la voluntad de la mayoría.

Y, ojo, oído, que nadie se deje llevar por cantos de ballena, como dice el filósofo del Zulia, no vaya a ser que alguien entre nuestras filas cometa el error que ya se cometió en otras épocas. Miren, el día que a mí me toque dejar la camiseta de líder la dejo, pero todo tiene su momento, nadie se desespere. No vaya a ser que alguien piense: Chávez se acabó, ahora voy yo y se vaya a estrellar. No.

En todo caso, pongamos por delante el interés de la patria, el interés del pueblo y no los intereses personales. Que las corrientes internas hay que reconocerlas, sí es verdad, lo he dicho; pero una cosa es esa y otra es que alguien pretenda valerse de esa reflexión mía para darle o tratar de empujar corrientes divisionistas entre nuestras filas. Son dos cosas muy distintas, cosas muy distintas.

Es muy bueno que haya corrientes, pero al final todas deben existir en armonía, no en una pelea a cuchillos. Eso es otra cosa, eso es otra cosa. Así terminó la Independencia: con peleas a cuchillos. Así terminó el padre Bolívar allá, así terminó la patria picada en pedazos, Páez con su pedazo aquí, Santander con su pedazo allá y dentro de cada pedazo otros pedacitos, descuartizaron la patria y Bolívar lloró al final, porque no pudo evitarlo: “He arado en el mar...” y diciendo como la carta ésta que yo leo de cuando en cuando por allí en público, cuando le piden que haga algo, le dijo a alguien: “No, no puedo hacer más nada porque no tengo patria a la cual hacer el sacrificio”. O la carta aquella que dicen que le mandó a su antiguo amor por allá en Europa, Fanny du Villars: “Adiós Fanny, muero proscrito, proscrito de mi propia patria”. Así murió Bolívar expulsado de Venezuela y echado de Bogotá, así murió Sucre en Berruecos, ¡ay, balazo! Así murió Simón Rodríguez, muchos años después, gritando ¡ay mi alma, ay mi alma, ay mi patria! Así murió la Manuela Sáenz también, llorando de soledades; así murió Zamora, ¡ay, balazos!, y la patria despedazada.

Decía Bolívar alertando contra las divisiones, cuando él veía el desorden por todos lados. “Si no nos llamamos al orden entre nosotros mismos...”, decía y le escribía frenéticamente a todos los generales y líderes, no dejaba a quien no le escribía Bolívar. “Si no nos llamamos al orden, un nuevo coloniaje será lo que leguemos a la posteridad...”, y eso fue lo que ocurrió tristemente. Nosotros no podemos repetir esa historia.

Como me dijo Fidel un día, por teléfono, cuando le leía la carta esa de Bolívar: “Chávez, eso sí es doloroso, como Bolívar…”, y después de haberse quedado en silencio unos segundos me dijo: “Chávez ni tú ni yo moriremos así, nosotros moriremos vencedores porque habrá patria para nuestros hijos, patria para nuestros pueblos, y no un nuevo coloniaje, vergonzoso coloniaje”.

Por eso, compatriotas, hermanas y hermanos, pongámonos por encima de nuestras pequeñeces, pongámonos por encima de nosotros mismos y pongamos por delante la patria, la necesidad de la unión. Mañana estaremos instalando el Congreso Fundacional del Partido Socialista Unido de Venezuela.

Por más fallas que haya habido en el proceso, no es poca cosa. Nunca antes en la historia venezolana –y aquí hay hombres y mujeres que tienen larga trayectoria– había nacido un partido político impulsado desde las bases populares, a través de asambleas populares de elección de delegados para un congreso fundacional. Nunca. Y en dos meses o un poco más, seguramente, deberá haber nacido ya de ese congreso un nuevo partido. Los que estemos allí pongamos todo, todo nuestro espíritu crítico, constructivo, para que nazca un poderoso Partido Socialista Unido y junto con el Partido Comunista, Patria Para Todos y otros partidos verdaderamente nacionalistas, revolucionarios, venezolanistas, patriotas, conformemos en pocos meses, de nuevo, el polo patriótico para ir a las elecciones de fin de año, las elecciones de alcaldes y gobernadores, donde tenemos que demostrar lo que somos nosotros.

Conservar y consolidar los espacios conquistados por nuestro pueblo, unidos desde ahora mismo, con mayor grado de cohesión, de unidad, de debate interno, de conciencia.

En fin, lo que les contaba de un amigo que me comentaba sobre el tema del socialismo. Me decía, conocedor él de Venezuela hace mucho tiempo, que independientemente del resultado del referendo, casi un 50% de quienes fueron a votar, a pesar de toda esa campaña, no tuvieron duda de ratificar su voluntad de construir en Venezuela un verdadero modelo socialista.

Casi cinco millones de personas, no es poca cosa, aunque tiene que ser mucho más, ese es un piso muy sólido, esa es la tropa de choque y somos casi cinco millones; y hay otros tres, cuatro, cinco millones que están por allí con nosotros, pero que tendremos que ayudar a fortalecer esa segunda línea, esa tercera línea de batalla, incrementar la primera línea de choque, la fortaleza político-ideológica, organizativa, el trabajo de masas, pero estas serán cosas más bien para mañana, no para hoy, no quiero adelantarme y juntar dos discursos en uno.

Permítanme ahora una reflexión final que escribí esta madrugada; cada letra, cada línea, la escribí tomando la inspiración, como aquí se explica, de un buen amigo. Voy a leerlo, son tres paginitas y terminamos. ¿Qué les parece?

Hace unos días, apurado por el ajetreo de estas jornadas de diciembre y enero, que no trajeron ni un instante de reposo, le pedí a un buen amigo que me tratara de responder una pregunta: ¿Si tú fueras Chávez que dirías en el mensaje a la Asamblea? Pues bien, mi amigo me respondió con unas notas, unas buenas notas de las que me he valido para hacer un redondeo final de este mensaje, inspirado en el espíritu de las 3 R.

Dice mi amigo y yo realmente lo creo, que la historia, la cual es la hacedora de gentes, le puso a Chávez sobre los hombros una triple función de enorme responsabilidad y esa responsabilidad no es abstracta, no es retórica, sino absolutamente concreta. De modo que uno siente su peso cada día, cada hora, cada minuto, para lo bueno y para lo malo, para lo que sale bien y para lo que no resulta tanto, que los aciertos y los errores en este campo no son nunca pequeñas cosas, porque influyen en la vida de las personas, de millones de personas y que eso es lo grande de este trabajo: la gloria de ser útil; y, al mismo tiempo, lo duro y exigente, pues se necesita mucha fuerza moral para aguantar la presión de la responsabilidad, sobre todo, aquella que se deriva de la toma de decisiones.

Diría que esta labor exige defender los intereses generales por encima de cualquier interés personal o grupal y que ello no se puede llevar a cabo evitando las contradicciones sociales o haciendo como si no existiesen, porque las contradicciones están allí y hay que conocerlas y hay que manejarlas de modo tal que se avance con el menor costo social posible, pero que al mismo tiempo el antídoto contra el mal manejo de las contradicciones es el diálogo permanente con el verdadero dueño del poder, que es el soberano.

Oír al pueblo en todas las voces con que el pueblo habla y en todos sus lenguajes, unos abiertos y otros subterráneos. ¿Cuál es esa triple función que la historia ha puesto sobre mis hombros? Digo, en primer lugar, la función de Jefe de Estado; en segundo lugar, la función de líder de un proceso revolucionario, esto es, de una etapa histórica de cambios estructurales; y en tercer lugar, la función de Presidente de Gobierno.

A partir de allí se impone una evaluación autocrítica, descarnada, sobre la cual se puedan construir con optimismo, confianza y fuerza individual y colectiva renovada, las bases de un nuevo impulso rumbo a nuevos horizontes.

Como Jefe de Estado, creo que pudiera valorarme positivamente. Esa es la verdad, bastaría contestar con sencillez a la siguiente pregunta: ¿Qué era y qué es Venezuela en el ámbito internacional? La comparación entre otro tiempo y éste es impresionante, el prestigio ganado en los últimos años, la simple presencia de su voz, la de Venezuela y su ejemplo en la escena internacional, la contribución a la construcción de un mundo multipolar, los aportes a la unidad latinoamericana y caribeña, a la integración de pueblos y culturas, la solidaridad con los débiles de la partida, con los pobres de la Tierra, la defensa de la metodología de la paz que es la metodología civilizada, el uso de la energía como aporte al desarrollo equilibrado y justo de la humanidad. ¿Cómo no valorar debidamente la recuperación de la soberanía y de la dignidad? El ALBA, Petrocaribe, el Banco del Sur, Telesur, el intercambio humanitario, lo que se ha avanzado no tiene referencia en ninguna otra época de nuestra historia.

Creo que nunca, verdaderamente nunca, un Jefe de Estado venezolano había logrado con su pueblo tanto en tan poco tiempo. Dice mi amigo que yo dijera, y me pareció no por mí sino por ese pueblo necesario decirlo, decirlo por todos nosotros: Nunca se había logrado tanto en tan poco tiempo. Sepámoslo. Sintámonos, pues, orgullosos, vestidos de humildad, y digámoslo.

En segundo lugar, como líder del proceso revolucionario también –dice mi amigo y yo lo repito- creo que tendría una evaluación positiva. ¿Cuál es el humilde mérito que habría de ser destacado? Haber contribuido a introducir a la sociedad en un proceso de cambios que se quiere, estructural e irreversible, y al mismo tiempo haberlo hecho en paz, respetando los derechos humanos y eludiendo la resolución violenta de los conflictos, donde la vía del convencimiento es el único camino.

Se podrá decir lo que se quiera, pero los hechos hablan por sí mismos. Si no viviéramos en el reino de la hipocresía mediática, esto tendría que ser reconocido por tirios y por troyanos. La idea del socialismo está sembrada y ha ido floreciendo y seguirá floreciendo. Los simples conceptos de equidad, justicia social, inclusión absoluta, respeto a la diversidad cultural, predilección por el diálogo, valoración por la democracia participativa, poder popular, amor a la Patria, conceptos que muchas veces se habían manejado de modo retórico y puramente formal, hoy se han ido aposentando realmente en la conciencia colectiva y ya la gente los asocia a la vida pública y a la política. Eso es un gran logro colectivo.

La revolución no se ha detenido un instante. En nueve años el pasado ha quedado enterrado, no hay ninguna posibilidad de volver atrás. Creo que en las condiciones en las que se ha manejado la conducción del proceso, con los enemigos que ha tenido y el desarrollo de los conflictos desde el poder mediático del adversario, difícilmente se hubiera podido hacer más.

Mi actuación, pues, también en este caso pudiera evaluarse con una buena nota, y también lo proclamo con modesto orgullo y con infinito agradecimiento a quienes me apoyan, a quienes me siguen, al pueblo al que amo y me ha hecho su líder. Creo que es necesario reconocer los avances de esta revolución y proclamar que no tiene vuelta atrás y que estamos obligados a seguirla sembrando cada día, impulsando cada día y construyendo nuestro socialismo nacional bolivariano.

La revolución, la revolución, el único camino, no hay otro, a la salvación de la Patria y a la construcción de la Patria.

Y la tercera función, pues, es la de Gobierno en sentido estricto, Presidente del Gobierno. Aquí confieso que me siento mucho menos satisfecho.

He destacado a lo largo de mi Informe los logros en el plano económico, en el plano social, en los índices de calidad de vida, en la construcción de infraestructura, que ya la gente conoce y la gente valora. Pero a partir de allí, mi ética revolucionaria me obliga a reconocer los errores y defectos del conjunto del sistema de Gobierno en todos sus niveles, que también la gente conoce y sufre.

Parto del principio de que el pueblo sabe lo que salió bien y el pueblo sabe lo que salió mal. Al pueblo no se le puede engañar con ningún tipo de eslogan ni con manipulaciones demagógicas. Es impresionante, así lo digo, el daño a la confianza del pueblo que se ha hecho y se hace todos los días con un cierto tipo de publicidad, tanto de los gobiernos locales como del Gobierno Nacional que presido, engañosa, publicidad engañosa, publicidad demagógica y que contradice muchas veces la realidad que el pueblo está viviendo todos los días. Hace mucho daño ese tipo viejo de publicidad que aún pervive en nuestro Gobierno, en nuestro sistema de Gobierno. Sobre eso hay que reflexionar.

Esto se multiplica en los niveles locales y estadales donde el personalismo de algunos factores políticos principales molesta aún más a la gente y evidencia la falta de coherencia entre las palabras y los hechos.

De un modo muy particular quiero destacar el malestar que sé que causa en muchos casos las contradicciones entre el discurso del líder y la realidad de las acciones de mal gobierno o de mala práctica política. Las más de las veces debido al sectarismo, al individualismo, a la indisciplina, a la visión de pequeño alcance. La revolución, nuestra Revolución, necesita de confianza en una palabra dada, en una palabra empeñada, como dice nuestro pueblo en las calles, en una palabra dicha. Y tiene que ir convenciendo y demostrando al mismo tiempo. Convenciendo y demostrando, obras son amores. Solución de los problemas cotidianos de nuestro pueblo, es tarea suprema de nuestra Revolución, mucho más importante que la plena soberanía petrolera, mucho más importante que las grandes obras de infraestructura que estamos haciendo. La Revolución necesita fortalecer la confianza del pueblo. El Gobierno necesita fortalecer la confianza, recuperar la confianza perdida en la palabra empeñada, en la palabra dicha, en la oferta hecha, en el compromiso jurado de todos nosotros, a costa de lo que sea, compatriotas.

Muchos graves problemas siguen sin solución. Debemos hacer caer todo el peso de la autocrítica sobre nosotros. Primero que nada sobre mí, como Jefe de Gobierno; sobre mi Gabinete; sobre los ministros, las ministras, el Vicepresidente; sobre los gobiernos regionales; sobre los gobiernos locales, señores gobernadores, señores alcaldes; sobre los terribles fenómenos que siguen siendo la burocratización, la ineficiencia y la corrupción que hace tanto daño como un cáncer en un cuerpo humano y que son amenazas verdaderas, amenazas verdaderas para nuestro pueblo, para nuestro futuro.

Hay preguntas que la gente se hace todos los días y que nosotros debemos hacernos todos los días: ¿Por qué desapareció la leche? Seguramente esta es la más fácil de contestar dado el crecimiento de la demanda, que es un argumento humanista, es cierto. Ahora, hoy más gente accede al consumo aunque esto no explica la no previsión del problema con suficiente anticipación. ¿No es para eso la planificación? ¿Para qué es la previsión?

Pero hay otras de no tan fácil respuesta: ¿Por qué un Gobierno revolucionario no ha podido en 9 años cambiar la terrible situación de las cárceles venezolanas, por ejemplo? ¿Por qué razón? ¿Por qué la inseguridad sigue siendo un problema tan grave en los pueblos, en los barrios? ¿Por qué? ¿Por qué no hemos podido solucionar problemas tan graves que azotan a nuestro pueblo en cada esquina, en cada casa, en cada vida, en cada niño, en cada mujer, en cada familia, en cada existencia cotidiana? ¿Por qué? ¿Por qué sigue tan fuerte y descarado el contrabando que nos hace mucho daño, el contrabando de extracción, por ejemplo? ¿Por qué? ¿Cuál es la razón de la impunidad? ¿Por qué las mafias siguen incrustadas en las estructuras de los servicios que le pertenecen al pueblo, que le pertenecen a la gente? ¿Por qué? ¿Por qué las gestiones ante las instituciones públicas siguen siendo una pesadilla para el ciudadano común? ¿Por qué? ¿Cuándo acabaremos con los chantajes abusivos de la permisología? ¿Cuándo? ¿Por qué nos cuesta tanto producir bienes del uso diario, consuetudinario? ¿Por qué seguimos consumiendo tantos alimentos provenientes de otros países? ¿Por qué la corrupción no la hemos podido frenar y mucho menos derrotar? ¿Por qué? ¿Por qué? Todos los días debemos hacernos esas preguntas y buscar las respuestas en lo individual y en lo colectivo.

Todos los días debemos angustiarnos por esas situaciones; debemos atormentarnos; deben dolernos estas situaciones. Al que no le duela, creo que no es un revolucionario. Debe dolernos en la piel, en el alma; debe angustiarnos, debe quitarnos el sueño todas estas preguntas, y sobre todo el inmenso esfuerzo para buscar las soluciones e ir directo a ellas.

Este año, el año que quiero declarar “del impulso revolucionario”, debe ser el año de las soluciones a los problemas menudos, a los problemas concretos del pueblo. Quiero le pongamos especial atención a la solución de esos problemas: La inseguridad, el abastecimiento de alimentos, las cárceles, la lucha y la derrota a la corrupción, a la impunidad, al burocratismo y a lo que está encerrado en el espíritu y en las letras de todas estas preguntas. Muchos de estos problemas tienen su origen, debemos reconocerlo para buscar respuestas verdaderas y soluciones verdaderas, en el mundo de los valores, y aquí la crítica tiene que apuntar no sólo hacia la superficie sino sobre todo hacia las profundidades: la cultura, la educación, la comunicación.

“Moral y luces…” decía Bolívar. Moral y luces hoy siguen siendo nuestras primeras necesidades. Sin revolución en la cultura ni en las costumbres no hay revolución en el tiempo. Una reflexión final ésta del día de hoy, los valores, las costumbres solidificadas durante años entre nosotros, la fragmentación, la atomización de la sociedad, la partición de cada esfuerzo en mil segmentos antagónicos, es nuestro gran defecto o debilidad como pueblo, la fragmentación.

Sucre, Miranda y Bolívar lo sufrieron en carne propia, nosotros lo seguimos sufriendo. El hecho de la unidad no es sólo un tema político; es un tema social y la base de esa unidad no puede ser otra que la condición de ciudadanía, la condición comunal, la condición colectiva.

Y ese fue, creo, otro de los avances importantes del 2007, haber construido un piso comunal. Sólo una situación inicial sobre la cual debemos seguir construyendo, fortaleciendo y profundizando los valores de ciudadanía, la condición comunal, la condición colectiva; lo cual nos lleva una vez más a Simón Rodríguez y su preocupación por la creación de republicanos para poder tener repúblicas.

Los invito a convertir este tema de la unidad, del sentido de Patria, de la conciencia de lo colectivo, de la sabiduría necesaria para la convivencia en el gran tema de reflexión nacional, sobre todo, porque además en ese tema de la unidad, del sentido de patria, de la conciencia colectiva, los revolucionarios hablamos con la verdad y no somos, como otros sectores de la sociedad, cultivadores de hipocresía. Pongamos por delante nuestra esencia revolucionaria.

Creo por consiguiente, compatriotas, señora Presidenta, diputados, diputadas, que toda acción de gobierno, nuestra o ajena, fracasará mientras no vayamos construyendo esa noción de lo común, de lo colectivo. Yo diría que esa es la gran tarea cultural, la gran tarea educativa, la gran tarea comunicacional.

Señores diputados, señoras diputadas, señora Presidenta, revisión, reimpulso, rectificación, para decir con el Padre Bolívar, Simón Bolívar, ese Padre Nuestro que como dijo Neruda “estás en la tierra, en el agua y en el aire”, para decir con él en la carta dirigida al General Santander, el 30 de mayo de 1820, con todas estas lecturas, todos estos comentarios de mi corazón, de mi alma, de mi mente, de mi resolución de seguir acompañando a nuestro pueblo en esta batalla hasta el fin de mis días, decimos con Bolívar lo siguiente, señora Presidenta.

Dijo el Padre Bolívar: “El impulso de esta revolución ya está dado, ya nadie lo puede contener. Nuestro partido está tomado, retrogradar es debilidad y ruina para todos…” y termina diciéndonos Bolívar hoy, 11 de enero de 2008, iniciando el décimo año de nuestra revolución, iniciando el año de la revisión, de la rectificación y del reimpulso revolucionario, iniciando un año que, como dije al comienzo, hace rato ya, creo que será decisivo para nuestra revolución, para nuestro pueblo, comenzando un año intenso que va a ser éste, que ya comenzó siéndolo, intenso en los sentimientos, intenso en lo vivido cada minuto, intenso en lo luchado y estoy seguro que será intenso en los éxitos que vamos a obtener; termina diciendo Bolívar, diciéndonos hoy y lo repito al pueblo venezolano, a ustedes señores diputados y diputadas, a ustedes señores ministros y ministras, a usted señor Vicepresidente, a ustedes señores generales y almirantes, a ustedes líderes políticos, líderes sociales, líderes populares, lo que nos dice Bolívar: “Debemos triunfar por el camino de la revolución y no por otro”, compatriotas.

¡Patria, socialismo o muerte! ¡Venceremos! Muchas gracias, muchas gracias compañeros, muchas gracias compañeras.

LA PRESIDENTA.– Agradecemos al ciudadano Presidente de la República, Hugo Chávez, por su profundo mensaje y por el completo y detallado informe de la gestión del año 2007.

Ordenamos por Secretaría la edición del discurso para su publicación en la prensa nacional, así como la reproducción en folletos y en videos para que sea difundido en todo el país este espléndido discurso que hemos escuchado el día de hoy de parte del Presidente de la República.

Agradecemos a todos los invitados especiales que compartieron esa sesión con nosotros y se designa una comisión integrada por la Directiva y los diputados Noelí Pocaterra, Aleydys Manaure, Omar Osorio, Luis Gamargo, Adel El Zabayar, Régulo Hernández, Francisco Torrealba, María Alejandra Ávila, Asdrúbal Salazar, Julio Moreno, Haydén Pirela, Tulio Jiménez, Carmen Rodríguez, para acompañar al Presidente Chávez en su despedida.

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